Entrar Via

Cómo Deshacerse de una Familia en 10 Lecciones romance Capítulo 24

Con la mejilla aún ardiendo por la bofetada, Romeo sentía una irritación tan intensa que ni él mismo se soportaba.

Justo cuando se disponía a marcharse, Mariana lo sujetó del brazo. Intentó zafarse, pero ella solo lo apretó más fuerte. Romeo, con la cabeza en alto y el orgullo por delante, soltó:

—Ya te lo dije, no pienso volver contigo. Eso jamás va a pasar.

—¿Vienes en plena madrugada a molestarme y ahora te largas como si nada? —le reclamó Mariana, usando un tono cortante y elevando la voz. Aquello puso nervioso a Romeo.

Hasta ese momento, él había hablado en voz baja, ocultándose bajo una gorra y cubrebocas, todo para que nadie lo reconociera. Pero Mariana, sin pensarlo dos veces, alzó la voz en medio de la calle. Romeo se asustó, intentó escabullirse, pero ella lo tenía bien agarrado.

Varias personas que pasaban cerca voltearon de inmediato, atentos a la escena.

—Suéltame, déjame ir —balbuceó Romeo, desesperado.

Si alguien se daba cuenta de quién era, su reputación se iría al caño.

—Quiero que me aclares bien, ¿a qué te refieres con eso de que te haga caso? ¿Quieres que acepte ser tu novia a la fuerza? Ya me cansé de tus enredos, de que me busques para después desaparecer.

—¡Alguien, por favor, llamen a la policía! Este tipo me está acosando —gritó Mariana, bajando un poco la voz pero asegurándose que la escucharan.

Llevaba puesto cubrebocas y lentes oscuros, así que nadie distinguía quién era. Pero con lo que dijo, la gente se acercó de inmediato.

Después de todo, ¿quién se perdería ese chisme? Un hombre acosando a una mujer en la noche no era cualquier cosa.

—Eso es acoso sexual.

—¡Qué asco, seguro es un pervertido!

La rabia le hervía por dentro. De un puñetazo, golpeó el asiento del carro.

En ese momento, su celular vibró. Al ver el número en pantalla, el enojo se le calmó apenas un poco.

—Mati —respondió, suavizando el tono todo lo que pudo.

Del otro lado, Matilde tenía la voz temblorosa, casi llorando:

—Romeo, ¿dónde estás? ¿Por qué no me contestaste antes? ¿Estás enojado porque pedí que mi hermana se casara en mi lugar?

Romeo revisó la pantalla y vio que, mientras huía, Matilde lo había llamado un par de veces y él ni cuenta se había dado.

—¿Yo enojado por eso? Para nada. Era lo más lógico, ¿no? Solo te pidió que la sustituyera en la boda, nada más. Cuando pase el mes y ese tipo muera, igual tu hermana regresará con la familia Salinas.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Cómo Deshacerse de una Familia en 10 Lecciones