Cómo Deshacerse de una Familia en 10 Lecciones romance Capítulo 25

—Eso fue cosa de ella, se puso dramática, no tiene que ver contigo. No te pongas triste, ya le llamé la atención hace rato. Estoy seguro de que no se va a atrever a meterse contigo de nuevo —murmuró Romeo para tranquilizarla.

Al escuchar eso, Matilde por fin dejó de llorar y se le escapó una sonrisa.

—¡Gracias, Romeo! ¡Sabía que eres el mejor! —Matilde jugó a hacerse la tierna a través del celular.

Romeo, encantado por su actitud, se olvidó del mal rato de hace poco y contestó:

—Ya, no le des importancia a esas cosas, ¿sí? Mañana tienes que grabar el programa, así que mejor descansa temprano.

—Bueno, entonces cuelgo —respondió Matilde, y enseguida terminó la llamada.

Romeo seguía sentado en el carro, apretando el teléfono con fuerza, mientras la imagen de la mirada cortante de Mariana se repetía en su mente. Se sentía incómodo, se dio unos golpecitos en la frente intentando calmarse.

—Segurito está jugando a hacerse la difícil. Esa actitud tan indiferente fue puro teatro. Y ni siquiera he hablado de que se casó antes, ¿con qué cara viene a rechazarme solo por ser hijo ilegítimo? —refunfuñó Romeo, sintiéndose un poco mejor después de desahogarse, y arrancó el carro para irse de ahí.

...

En una calle oscura, Mariana aprovechó el alboroto para escabullirse. Después de ver a Romeo siendo atacado con objetos, su ánimo mejoró notablemente.

Detuvo un taxi, subió con sus cosas y, mientras observaba la noche pasar a través de la ventana, entrecerró los ojos y murmuró:

—Salí a comprar algo sin avisar, ¿cómo hizo para encontrarme tan rápido?

En su mirada asomaba una chispa de sospecha. Sin perder tiempo, abrió el teléfono y empezó a teclear unas líneas de código.

De pronto, la pantalla marcó una alerta roja. Mariana identificó enseguida un programa sospechoso y sus ojos se llenaron de frialdad. Resulta que Romeo le había instalado una app de rastreo en el celular.

—Ja —se burló, soltando una risa sarcástica.

Recordó que, en una ocasión, Romeo le pidió prestado el teléfono para hacer una llamada. Como ella estaba ocupada, simplemente se lo entregó sin darle importancia.

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