C46- ESTE ES SOLO EL PRIMERO.
El vaso de whisky cayó sobre la mesa con un golpe seco y Grayson se levantó de un salto y en dos pasos, la tenía contra él. Kate intentó retroceder, pero sus manos grandes la atraparon de la cintura, tirándola hacia su cuerpo. No hubo palabras, solo el roce áspero de sus labios contra los de ella.
Al principio, Kate opuso resistencia, girando levemente el rostro. Pero Grayson no cedió, su boca la reclamó con una urgencia que le hizo olvidar por qué debía negarse. Poco a poco, sus labios se ablandaron, respondiendo al beso con la misma necesidad.
Y mientras la besaba, las manos de Grayson recorrían su espalda desnuda, deslizándose por la suave piel que nunca habia podido olvidar y Kate, casi sin darse cuenta, rodeó su cuello con los brazos, acercándose más. A través del pantalón, sintió el calor y la dureza de él, y un escalofrío le recorrió el cuerpo.
El beso se hizo más profundo, sus lenguas jugueteaban, exploraban. Grayson dejó escapar un gruñido bajo, casi animal, antes de apartarse y dejar que sus labios bajaran por su cuello. Kate cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones que su boca provocaba.
De pronto, sus brazos la levantaron sin esfuerzo; Kate sintió el aire moverse a su alrededor antes de que su espalda tocara el suave colchón. Grayson la miró, sus ojos azules llenos de algo que ya no podía ocultar, y sin decir nada, volvió a besarla, esta vez más suave, como si quisiera saborearla.
Kate deslizó sus manos por su pecho, sintiendo los músculos duros bajo la camisa. Pero Grayson se apartó, ella contuvo el aliento, preguntándose si había hecho algo mal.
—Necesito tus manos en mí —su voz era áspera, casi una súplica, y con movimientos rápidos, se desabrochó la camisa y la arrojó a un lado. Kate apenas tuvo tiempo de mirar antes de que tomara su mano y la llevara a su pecho.—Tócame— susurró, esta vez más suave, pero igual de intensa —Hazlo, Kate.
Ella presionó su palma contra su piel caliente, sintiendo los latidos acelerados de su corazón y sin poder evitarlo, sus dedos subieron, trazando líneas sobre su torso mientras Grayson volvía a tomar su boca.
Esta vez, el beso se hizo más ansioso, más urgente, y Kate le rodeó el cuello, hundiendo los dedos en su cabello mientras él exploraba cada centímetro de su cuerpo con sus manos. De pronto, Grayson bajó, dejando un rastro de besos ardientes entre sus pechos antes de cerrar los labios alrededor de un pezón.
Kate sintió cómo su coño palpitaba y un gemido suave escapó de sus labios. Grayson no se detuvo, chupó, mordió levemente, mientras su otra mano jugueteaba con su otro pecho, haciendo que el calor en su bajo vientre se volviera insoportable.
Las manos de Kate se aferraron a su cabello, arqueando la espalda para ofrecerse más, porque cada movimiento de su boca la acercaba más al borde, y por primera vez en años, dejó de pensar.
Solo sintió.
Y sabía que Grayson no tenía intención de parar, lo supo cuando sus labios comenzaron a dejar un rastro de fuego al bajar por su estómago y tuvo que contener un aire cuando sintió su aliento caliente entre sus muslos. Se tensó al instante y cerró las piernas por puro reflejo.
—Grayson... no... no es...— la voz le tembló, pero no por rechazo, sino por los nervios que le revoloteaban en el vientre.

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