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CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA romance Capítulo 49

C49- NO MÁS KATE MAXWELL.

Kate estiró el brazo, medio dormida, esperando sentir el calor de un cuerpo fuerte y masculino junto a ella. Pero en lugar de eso, su mano cayó sobre una sábana fría y vacía. Frunció el ceño, confundida, y abrió los ojos de golpe.

La habitación estaba en silencio, el espacio junto a ella desordenado, las sábanas revueltas y el… no estaba. Su pecho se oprimió y se incorporó de un salto, cubriéndose con la sábana mientras miraba alrededor, buscando alguna señal de Grayson.

No habia nada.

—Otra vez... —susurró, apretando las sábanas. —Lo hiciste otra vez.

Porque, al igual que ocho años atrás, él se había marchado.

Se levantó despacio, con el cuerpo aún resentido de lo que había pasado entre ellos la noche anterior, y lo buscó por la habitación, con la esperanza de que estuviera en el baño o el balcón, pero entonces lo vio. Sobre el tocador estaban los papeles del divorcio, se acercó con paso lento; en el fondo, no quería tomarlos, pero lo hizo. Y cuando los abrió, fue como un cubo de agua fría mojándola: sus ojos se quedaron fijos en la firma de Grayson.

Fría, elegante, rápida, todo en ella gritaba que no le había costado nada, que no había dudado. Apretó los labios, tratando de no llorar, pero aun así los ojos se le llenaron de lágrimas. Sentía una mezcla de emociones tan fuertes que le costaba respirar. Se decia que debería sentirse aliviada, que debería sonreír.

Esto era lo que había querido, ¿no? Pero... ¿por qué dolía tanto?

Se dejó caer al borde de la cama con los documentos aún en las manos y cerró los ojos.

—Por Dios, Kate… —murmuró con un nudo en la garganta—. Esto era lo que querías. Finalmente... eres libre. No más Kate Maxwell.

Buscó su anillo de boda, como un acto reflejo, y recordó que se lo había quitado la noche anterior, justo antes de que Grayson llegara.

Entonces, su mente la traicionó y la llevó de vuelta a sus manos, a su boca, a la forma en que la tocó. No fue el mismo de siempre, el hombre frío y arrogante que solía ver en la televisión. Él fue suave, pero también más posesivo; cada mirada era como si le doliera tenerla y al mismo tiempo no pudiera evitarlo.

C49- NO MÁS KATE MAXWELL. 1

C49- NO MÁS KATE MAXWELL. 2

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