C53- ¿QUIERES CENAR CONMIGO?
Kate intentó escapar, pero antes de que pudiera lograrlo, el segundo hombre la agarró del brazo. Ella soltó un grito ahogado, intentando zafarse, pero el tipo apretó más. Iba a gritar con todas sus fuerzas, cuando de pronto, el agarre desapareció.
El hombre fue lanzado hacia atrás por un golpe directo en la cara y cayó al suelo con un gemido de dolor. Ella abrió los ojos, sin entender, luego lo vio.
—¡Kate! —gritó una voz detrás.
Era Ethan quien corría hacia ella, y el segundo matón se lanzó contra él y comenzó una pelea brutal. Pero Kate no podía apartar la vista del primero, porque junto a él, se encontraba Grayson.
Quien esquivó un golpe, giró el cuerpo y le dio un rodillazo en el estómago al atacante. El hombre intentó contraatacar, pero Grayson se movía como si ya supiera lo que venía; lo noqueó con otro puñetazo, haciendo que el hombre cayera como un saco de piedras.
Mientras tanto, Ethan forcejeaba con el otro, menos hábil, pero no se rendía. El matón logró sacar un cuchillo y levantó el brazo para clavárselo en el costado.
—¡¡ETHAN!! —gritó Kate.
Pero Grayson ya lo había visto.
Se lanzó con todo su cuerpo contra el atacante, lo tumbó, y el cuchillo cayó lejos. En el forcejeo, el filo le alcanzó el costado; la sangre manó, pero él no se detuvo, golpe tras golpe, hasta que el tipo quedó inconsciente. Poco después, solo quedaron dos cuerpos inmóviles en el suelo. Ethan jadeaba, con el labio roto y la camisa manchada, mientras Kate seguía temblando, sin entender nada.
—¿Tu? —susurró—. ¿Qué… qué haces aquí?
Él no respondió, solo la miraba con el pecho agitado por la pelea y la herida oculta bajo la ropa. Entonces, Kate giró la cabeza hacia Ethan, que se tambaleaba.
—¡Estás herido! —corrió hacia él y lo sostuvo—. ¿Estás bien?
Ella lo abrazó de inmediato.
—Estoy bien. No es nada.
—No, no estás bien —murmuró Kate, con los ojos rojos—. ¿Te duele?
—No tanto como si te hubieran hecho algo a ti. ¿Te lastimaron?
Kate negó con la cabeza, entonces, giró hacia Grayson.
—Gracias, señor Maxwell —dijo con frialdad.
La superficie de su voz era dura, pero por dentro, su corazón temblaba. Grayson solo asintió, sin decir nada, pero su frialdad lo atravesó y a él… lo destrozó.
—Eran profesionales —dijo y mirando a los hombres en el suelo. —Sabían lo que hacían. Iban a llevarte. ¿Tienes idea de quién podría querer hacerte algo así?
Kate tragó saliva y la sola pregunta le heló el pecho.
—No lo sé… trato con gente poderosa todos los días. Podría ser cualquiera.
Grayson volvió a asentir y su mirada se cruzó con la de Ethan, que la abrazaba con fuerza, sin embargo, desvió la mirada hacia Kate.
—No deberías salir tan tarde de la oficina, es… es peligroso —le dijo.
—Estaba trabajando en unos casos —respondió ella, aún sacudida—. Usualmente no me tardo tanto…
Giró hacia Grayson, sintiendo que debía poner fin a todo.
—Señor Maxwell, puede estar seguro de que el caso de su novia está resuelto. No es necesario que vuelva. Nuestro acuerdo… terminó.
Kate pensaba que él solo había ido para asegurarse del divorcio. Quizás para confirmar que todo se cerraría como debía. Lo que no sabía… era que después de la visita de Sienna, Grayson había pasado horas pensando. Demasiadas. Y había ido allí dispuesto a decirle la verdad, dispuesto a decirle todo lo que ella no sabía.
Pero ahora… ahora solo sangraba en silencio.
—Bueno… mejor vámonos —murmuró ella, acariciando el rostro golpeado de Ethan—. Necesitas que te cure esa herida.



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