CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA romance Capítulo 65

C65-PREPARA TUS MALETAS.

Después condujo de vuelta a la mansión. Al menos había hecho las paces con Aisling antes de irse del hospital, pero las palabras de Mirabelle seguían rondando en su cabeza como martillazos.

Necesitaba tiempo. Solo eso. Un poco más de tiempo para que Grayson le diera el resto del dinero y luego, desaparecer con Oliver, para siempre.

Se estacionó y golpeó el volante con fuerza, se sentía acorralada por sus propias mentiras, cada vez más profundas y peligrosas. Cerró los ojos por un segundo, intentando calmarse, pero al abrir los ojos, vio un auto estacionado al otro lado del camino.

—Genial. Mi noche acaba de mejorar.

Salió del coche justo cuando el bajo del suyo, como siempre, con esa mezcla de desesperación y reproche reflejada en el rostro.

—Ethan… ya te dije que no nos viéramos —soltó sin rodeos—. No quiero más problemas.

—No me ignores, Kate —dijo, caminando hacia ella y sin más la sujetó por los brazos, con urgencia—. Lo de Oliver es grave, ¿lo entiendes? Y yo tengo cómo pagar lo que sigue. No tienes con qué cubrir el tratamiento y conseguir al donante, me necesitas, Kate.

—Suéltame —exigió ella, apartándose con un tirón.—. Ya solucioné eso.

—¿Qué?

—Tengo dinero, Ethan —dijo ella, sin rodeos—. Lo he conseguido.

Él la miró como si acabara de confesar un crimen.

—¿Cómo?

Ella respiró hondo. No quería decírselo, pero tampoco podía ocultarlo.

—Voy a trabajar con Grayson. Me pagará bien.

El rostro de Ethan cambió de golpe, era como si alguien lo hubiera abofeteado. Su mandíbula se tensó y los ojos le brillaron con furia.

—¿Estás bromeando? ¿Trabajar con él?

—No.

—¡¿Estás loca, Kate?! ¡¿Vas a trabajar con él?! ¡¿Con ese cabrón que te dejó sola, embarazada y que desapareció como si no valieras nada?!

Kate se tensó, con la sangre ardiéndole en la cara.

Una semana después, la atmósfera en la sala de la mansión era tranquila y el aroma del café recién hecho flotaba entre los muebles elegantes. Kate y Grayson estaban sentados uno frente al otro, cada uno con una taza humeante entre las manos.

Ella le tendió una carpeta negra, con etiquetas y documentos organizados meticulosamente.

—Ya hablé con tu abogado y hemos estructurado un plan legal que puede funcionar, pero hay que actuar rápido. Incluye las cláusulas de privacidad, el rastreo digital del prototipo y la apertura de una investigación formal por filtración de propiedad intelectual. También añadí los nombres de las compañías que tuvieron contacto con tu personal en los últimos seis meses.

Grayson tomó la carpeta con interés. Sus dedos pasaron las páginas mientras sus cejas se alzaban, primero con curiosidad y luego con aprobación.

—¿Y? —preguntó, con una media sonrisa—. ¿Qué es lo primero?

Kate bebió un sorbo de su café antes de responder, intentando mantener la calma. Su corazón latía un poco más rápido de lo normal, no por los papeles, sino porque iba a solas con él, y eso seguía alterando su interior.

—Viena —dijo, mirándolo a los ojos—. El prototipo fue comprado por una empresa europea con sede allá. No está a su nombre, pero uno de sus socios hizo una transferencia sospechosa justo después de la filtración. Es el hilo más claro que tenemos y necesitamos seguirlo.

Grayson la miró con esa intensidad que tenía cuando algo lo emocionaba. Apoyó los codos en las rodillas, entrelazó las manos y asintió lentamente.

—Perfecto —murmuró, con una sonrisa leve, casi peligrosa —Entonces, prepara tus maletas... salimos hoy mismo.