CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA romance Capítulo 66

C66-¿QUIÉN CARAJOS ES MI AMOR?

La lluvia había quedado atrás cuando el lujoso auto negro se detuvo junto a la pista privada. El cielo de Londres estaba cubierto de nubes pesadas, Kate bajó del coche primero, con paso firme y el rostro sereno, como si nada en el mundo pudiera afectarla, mientras que Grayson la seguía de cerca, con las manos en los bolsillos de su abrigo negro, observándola.

El jet privado esperaba con la escalerilla desplegada y el logo de la empresa de Grayson grabado en la cola.

—¿Lista para despegar, Langley? —preguntó él, al acercarse, con una sonrisa ladeada y tono casual.

Pero ella apenas lo miró.

—Estoy aquí, ¿no? No empecemos con comentarios innecesarios.

Grayson soltó una risa baja y le abrió el paso, haciendo una ligera reverencia con un gesto de mano.

—Después de ti, señorita hielo.

Ella, lo ignoró, aunque por dentro maldijo el calor que sintió en el pecho y subió al avión sin esperar a que él la siguiera.

El interior era impecable. Cuero blanco, detalles en madera oscura, y esa sensación de lujo silencioso. Kate se sentó de inmediato en uno de los sillones individuales, lo más lejos posible de Grayson, y se abrochó el cinturón sin mirarlo.

Grayson, en cambio, se acomodó al otro lado de la cabina, como si no le importara… aunque la observaba de reojo.

En ese momento, apareció una de las azafatas. Alta, morena y con una sonrisa que gritaba "me encanta flirtear con multimillonarios". Se acercó a Grayson con pasos seguros y los labios pintados de rojo.

—Señor Maxwell—dijo, con voz melosa—. Siempre es un placer verlo. ¿Le puedo ofrecer algo antes del despegue? ¿Una copa, un masaje… o cualquier cosa que quiera?

Kate giró el rostro lentamente, fingiendo que miraba por la ventana, pero sus dedos se apretaron sobre el apoyabrazos.

«¿En serio? ¡Esta perra es una descarada!»

Pero Grayson ni siquiera alzó una ceja.

—Solo asegúrate de que la señorita Langley esté cómoda —dijo con tono frío y autoritario—. Nada más.

La sonrisa de la azafata se tensó un momento.

—Por supuesto —dijo, y se alejó con elegancia herida.

Kate no dijo nada, y aunque había escuchado, no tenía por qué sentirse satisfecha, pero lo estaba.

El avión comenzó a rodar por la pista y su estómago dio un pequeño vuelco. El rugido de los motores aumentó, y aunque se obligó a respirar con calma, su espalda se tensó contra el asiento. No era fan de volar. De hecho… lo odiaba.

—Estás temblando —de repente escucho la voz de Grayson, más cerca de lo que esperaba.

—Estoy bien —soltó, sin mirarlo.

Pero Grayson ya se había acercado, se inclinó hacia ella y sin previo aviso, la levantó en brazos.

—¡¿Qué estás haciendo?!

—Siéntate conmigo —ordeno—. No seas terca.

Entonces, sonó su teléfono.

El vibrar sobre su muñeca rompió el momento. Kate se apartó de Grayson, bajó la mirada a su smartwatch y su respiración se cortó. La pantalla mostraba un mensaje.

"Mi amor"

El mundo se le encogió.

Se levantó de golpe, casi tropezando con la mesa plegable.

—Tengo que… ir al baño —dijo rápido, sin mirarlo.

—¿Todo bien? —preguntó Grayson, sin moverse, pero con la mirada clavada en ella.

Ella asintió sin hablar, caminó con pasos firmes hasta la puerta del baño y la cerró tras de sí. Apenas estuvo sola, exhaló como si hubiera estado aguantando el aire. Se apoyó contra la pared y sacó el teléfono del bolsillo.

El mensaje era de Oliver.

"Mami, te extraño mucho. Me dan ganas de llorar cuando no estás… Te quiero."

Kate bajó el teléfono, cerró los ojos y apretó los dientes. Mientras tanto, en la cabina, Grayson se había quedado inmóvil.

La había visto ponerse nerviosa al leer el mensaje y se fue enseguida como si estuviera huyendo de él. No le gustó, para nada, y ese sentimiento fue suficiente para apretarle el estómago y que una pregunta se repitiera en su mente:

«"Mi amor". ¿Quién carajos era mi amor?»