CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA romance Capítulo 69

C69- MEJORES QUE N*****X.

Kate estaba frente al espejo, eligiendo el vestido para esa noche. La gala era elegante, organizada por la empresa que había adquirido el prototipo de Grayson. Iban como invitados VIP, aunque para ella era claramente un campo minado corporativo. Gente influyente, champán, conversaciones falsas… y una investigación pendiente.

El problema era que, además de atrapar a los responsables, tenía que sobrevivir a Grayson y a sus propios nervios.

Al salir del cuarto, los encontro a ambos tirados en el sofá. Mason tenía las piernas sobre la mesa de centro, comiéndose unas uvas. Grayson, en cambio, parecía tenso, con los brazos cruzados y la mandíbula apretada.

Ni siquiera sabía por qué.

—¿Qué tal? —preguntó, girando sobre sus tacones y levantando una ceja.

El vestido negro era ajustado, de tirantes finos, con una abertura lateral que llegaba peligrosamente cerca del muslo. Mason se incorporó al instante, como si le hubieran dado una descarga eléctrica.

—Santo cielo, nena… —dijo con una sonrisa lenta—. ¿Pretendes provocar un colapso colectivo esta noche?

Kate soltó una risa divertida y giró otra vez, disfrutando de la reacción.

—Solo necesito algo que diga “profesional”, pero también “peligrosa”.

—Ese dice “hazme pecar y luego arréglalo en la corte” —respondió Mason, encantado—. Pero… ¿Por qué no te pruebas otro? Por si acaso, digo. Ya que a mi pobre amigo se le va a reventar una vena.

Grayson no había dicho una palabra, estaba tan rígido que parecía parte del sofá. Kate caminó de nuevo hacia el probador y apenas desapareció, Grayson gruñó una advertencia.

—No le mires el culo cuando camine.

Mason se encogió de hombros.

—No es culpa mía que mis ojos tengan buen gusto.

—Te juro que si la vuelve a mirar...

—Relájate, Gray. Si sigues haciendo coraje, te va a dar un infarto, no llegarás a los cuarenta.

—¡Cállate!

Mason se tapó la boca para no soltar una carcajada, pero entonces, Kate salió de nuevo. Esta vez, el vestido era verde esmeralda. Ajustado al cuerpo, con un escote en V profundo que dejaba poco a la imaginación y un detalle drapeado en la cintura que acentuaba sus curvas.

La tela brillaba con la luz y su piel parecía resplandecer. Mason silbó y se inclinó hacia adelante.

—Demonios… Si la ONU supiera que esto existe, declararía esta noche de emergencia global.

Grayson se atragantó con el agua que estaba bebiendo. Tosió, se levantó de golpe y lo fulminó con una mirada asesina.

—¿Quieres que te arranque la lengua o te lo dejo como opción?

Kate se giró hacia Grayson con una sonrisita maliciosa, notando cómo le ardían los ojos.

—Creo que este es perfecto —dijo, como si nada—. Llama la atención… ideal para lo que tengo planeado esta noche.

—Estoy de acuerdo —dijo Mason con entusiasmo—. Deberías usar ese y dejarnos a todos boquiabiertos.

—No. —Grayson se adelantó, con voz seca.

Kate lo miró, desafiante.

—¿Perdón?

—Ese vestido no. No vas a salir así.

Del otro lado, la voz nerviosa del asistente respondió:

—Sí, señor… investigué a todos los Máximo García que me pidió, pero… no hay nada relevante. Al menos, no en el aspecto que usted me solicitó.

Grayson apretó la mandíbula.

—Tiene que haber algo. Ella dijo que era “el hombre de sus sueños”, y encima, el maldito es bueno en la cama. ¿No es un modelo o algo por el estilo?

Hubo un silencio tenso.

—Bueno… sí hay un Máximo García, señor, pero…

—¿Pero qué? ¡Habla! ¿Qué hace el infeliz? ¡Lo que sea, puedo igualarlo!

El asistente tragó saliva.

—Es que… no es modelo, señor. Al menos, no como usted cree.

—Entonces, ¿qué es?

—…Un actor porno.

Grayson se quedó mudo por un segundo.

—¿U-un qué?

—Actor porno, señor… le enviaré la información.

Y colgó. Como si acabara de soltar una bomba y hubiera salido corriendo.