CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA romance Capítulo 73

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C73- CLAVE 2-9-1-7

Kate se agachó junto al escritorio y empezó a teclear como si su vida dependiera de ello, mientras el cuerpo inconsciente de Trent seguía tirado en el suelo, y Grayson no dejaba de mirarlo como si aún estuviera decidiendo si matarlo o pisarle la cara y Mason vigilaba la puerta.

—¿En serio tuviste que besarlo? —reprocho Grayson acercandose al empresario, le dio una patada no muy fuerte, pero tampoco con cariño y Kate ni lo miró.

—Relájate, fue solo un momento —dijo, sin dejar de teclear—. Y funcionó, ¿no?

—Funcionó, dices… —bufó Grayson—. Pero parecía que lo disfrutabas cada maldito segundo.

—Ay, qué lindo, ¿estás preocupado por mí? —Kate sonrió con malicia sin apartar la vista de la pantalla—. Tranquilo, mi labial tiene más veneno que una suegra resentida. Trent debería agradecer que sigue respirando.

Mason soltó una carcajada detrás de la puerta.

—Dios, ustedes dos son un desastre. En serio, deberían grabarse. Serían millonarios en T!kT0k.

—Cierra la boca, Mason, y vigila —le cortó Grayson sin mirarlo. Luego se volvió a Kate con el ceño fruncido—. ¿No podías fingir interés con palabras? ¿Tenías que meterle la lengua?

Kate giró los ojos.

—¿Otra vez con eso? Y no no le meti la lengua, Grayson.

—Pues parece que sí. Además, allá afuera le tocaste el pecho, ¡el maldito pecho!

Pero antes de que Grayson soltara otro reproche, ella se enderezó de golpe, con una sonrisa triunfante.

—¡Lo tengo! Aquí están las pruebas que necesitábamos.

Grayson olvidó por un momento a Trent y se acercó rápido, colocándose justo detrás de ella para mirar la pantalla.

—Hijo de puta… —siseó, al reconocer el nombre del traidor que aparecía en los correos—. Sabía que ese imbécil tenía algo que ver.

Kate no perdió tiempo. Sacó un USB del collar que llevaba y comenzó a copiar todo.

—Dense prisa —dijo Mason, asomándose otra vez—. Trent es el anfitrión. No tardarán en venir a buscarlo y si lo descubren inconsciente, estaremos jodidos.

—Un minuto más —respondió Kate, sus dedos volando sobre el teclado.

Grayson no dijo nada. Solo la observaba, su cercanía lo enervaba, su olor lo confundía, y aún tenía la imagen de ese maldito beso dando vueltas como moscas en su cabeza. Ella sintió su mirada y por un segundo, sus ojos se cruzaron. Hubo algo allí, un pequeño tirón en el estómago de ambos, una tensión densa, pero contenida.

Kate desvió la mirada y, cuando la transferencia terminó, sacó el USB y lo guardó en su escote.

—Bien, hemos terminado. Es hora de salir de aquí.