CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA romance Capítulo 79

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C79-ALGUIEN IMPORTANTE.

Habían transcurrido dos días desde su regreso de Viena.

Grayson estaba en su oficina, recostado en el sillón de cuero negro, con la chaqueta del traje abierta y la corbata desajustada. Frente a él, la pantalla del portátil mostraba documentos que no había tocado desde hacía horas, ni siquiera recordaba haberlos abierto.

Tenía todo listo para volver a Chicago. El jet privado podía despegar cuando él lo ordenara, pero no lo hacía; algo lo retenía y ese algo era: Kate.

Después de rechazarlo, ella no respondió ni una sola de sus llamadas, incluso lo había bloqueado de su teléfono, de su correo personal e incluso de sus redes. Mason se lo confirmó cuando él pudo acceder.

“Está en modo glacial. Mejor dale espacio.”

Como si eso fuera posible.

Y para colmo, ni siquiera estaba durmiendo en la mansión. Se lo sacó, con una dosis de cinismo y sospecha, a Tomás, el jardinero. El viejo no lo dijo directamente, pero bastó con que bajara la mirada y se rascara la nuca.

—No la he visto desde que volvió, señor —había dicho—. Creo que... está quedándose en otro lugar.

Grayson se mesó el cabello con ambas manos, frustrado, empujando la silla hacia atrás. Cerró los ojos y los recuerdos lo golpearon sin piedad: su cuerpo desnudo sobre ella, sus labios devorándose, las risas incluso la manera en que lo llamaba “idiota.

Todo estaba ahí, en su piel, en su cabeza, haciéndolo maldecir en silencio.

Y entonces, el recuerdo de esa conversación regresó como un veneno lento.

"Mi amor".

El imbécil con complejo de bebé. Las manos de Grayson se cerraron y abrió los ojos, con los dientes apretados.

—¿Es por ese tipo? ¿Por él me estás rechazando?

La sola idea lo hizo hervir por dentro. Se puso de pie y tomó las llaves del coche, pero justo cuando su mano tocó la manija, su teléfono móvil vibró. Miró la pantalla y tragó, intentando calmarse antes de contestar.

—¿Mamá?

—¡Grayson Alexander Maxwell! ¿Se puede saber por qué no me has llamado desde que te fuiste a Londres?

Se frotó la frente, ya arrepentido de haber contestado.

—He estado ocupado...

—Eso lo entiendo —interrumpió ella, furiosa—. Pero sigo siendo tu madre, estoy muy preocupada y las explicaciones de Mason no me convencen.

—Mamá...

—¿Cuándo piensas volver? ¿O es que vas a quedarte más tiempo allá por esa mujer? Esa aprovechada sin vergüenza que no se quita de encima de ti ni con agua bendita. No me gusta, Grayson. Nunca me gustó.

Ccerró los ojos y resopló.

—Mamá, Sienna no tiene nada que ver con que me quede. Créeme... nada.

—Pues espero que no. Porque esa mujer es una manipuladora. Te lo dije desde el primer día. Y si estás ahí por ella, me vas a encontrar en la puerta del jet con una chancla en la mano —amenazó sin filtros.

Él negó con la cabeza, resignado.

—No es por Sienna, te lo aseguro.

—¿Entonces por quién?

Grayson apretó los labios, no iba a decir su nombre, no todavía.

—Mamá, ahora no puedo hablar, ¿de acuerdo? Tengo que salir.

Del otro lado, su madre bajó un poco la guardia, aunque la preocupación seguía en su voz.