C85- COMPATIBLE.
Grayson respiró hondo. Sus nudillos seguían blancos por la fuerza con la que apretaba el teléfono.
—Habla o te voy a colgar.
Del otro lado, la mujer sonrió como si disfrutara del veneno que destilaba con cada palabra.
—Bien. Es para recordarte que… te necesito aquí en unos días.
Grayson apretó la mandíbula.
—No puedo. Tengo asuntos personales que atender.
Ella soltó una risa suave, casi burlona.
—Oh, Grayson… Sabés que no puedes decirme que no. Me debes mucho. Y además, ya te he dado más espacio del que una mujer en mi posición permitiría.
Sus ojos se oscurecieron al instante y su voz bajó, grave.
—Sabes muy bien cuál fue nuestro acuerdo, ahora no me salgas con eso.
—Lo sé —respondió ella, fingiendo inocencia—. Pero… una siempre puede cambiar de parecer, ¿no crees?
Grayson sintió la sangre hervir. No le gustaba ese tono, a decir verdad nunca le gustó. Era el mismo tono que usaba cuando lo hacía sentir acorralado.
—Voy a colgar.
—Ok. Hazlo. Pero sabes que no puedes jugar conmigo, cariño. Así que, elige bien tus batallas.
La línea se cortó y Grayson bajó lentamente el teléfono, mirándolo como si quisiera aplastarlo con la mirada. Lo sostuvo unos segundos, temblando, y luego lo guardó con rabia.
—¿Grayson…?
La voz lo sorprendió y se giró bruscamente.
Kate estaba ahí, parada a unos metros, con la mirada avergonzada y los hombros tensos.
—Dale tiempo, ¿sí? —dijo en voz baja—. Todo esto es demasiado para él… pero te aseguro que está feliz. No hay nada que desee más que tenerte. Lo juro.
Grayson tragó saliva y asintió con lentitud.
—Lo sé… lo sé. Yo… no estoy enfadado.
Kate suspiró, aliviada, y lo miró con más suavidad esta vez.
—El médico quiere verte. Cuando le dije que el padre de Oliver estaba aquí, dijo que quería hacerte unas pruebas para ver tu compatibilidad. Si son buenas, podrías ser el donante.
—¿De verdad?
—Sí. De hecho, esa fue nuestra primera opción. Pero yo… me negué.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA