Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 284

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Fabián miró la pantalla del celular de Tatiana y sintió que el corazón le daba un vuelco.

—Tatiana, ya basta, deja de hacer escándalo. Si sigues así, los dos vamos a quedar mal.

Tatiana sostuvo el celular y se lo puso justo enfrente de la cara.

—¡Mira bien! ¡Ahí claramente se ve a Joana besándose con otro tipo! Fabián, ¿por qué insistes en engañarte? ¿Crees que con solo amar puedes dejar de preocuparte por lo que piensen los demás?

—Tatiana —Fabián soltó, decepcionado, y giró el celular para enseñarle el video—. ¿Cómo es que nunca me di cuenta de lo infantil que podías ser?

Tatiana se quedó helada.

Entonces notó que el video, después de cinco segundos mostrando la entrada de un hotel, de pronto cambiaba a un episodio de Peppa Pig.

—¿Quién...? ¿Quién hizo esto?

Tatiana sintió que el aire le faltaba de la rabia.

—¡Fabián, tienes que creerme! ¡En el video sí salía Joana besándose con otro hombre! No sé cómo fue que cambió, te lo juro, ¡no tengo ni idea!

—Ya basta. Joana es mi esposa. Tatiana, si todavía te importa lo que vivimos todos estos años, deja de inventar cosas sobre ella.

Fabián la observó con una mirada profunda, como si estuviera viendo a una extraña.

Sin esperar respuesta, se dio media vuelta y se marchó.

Tatiana se quedó clavada en el mismo lugar, sintiendo cómo todo su cuerpo se quedaba sin energía.

¿Por qué pasó esto?

Todo estaba perfectamente planeado. ¿En qué momento se torció todo?

Con el rostro endurecido por la furia, Tatiana llamó a los tipos que había contratado.

—¿Dónde están? ¡Fui al cuarto y no los vi por ningún lado! ¿Dónde está Joana?

Soltó pregunta tras pregunta, sin darles tiempo a responder.

—¡Señorita Tatiana! Esto va a costar más, ahora todos estamos en el hospital. Si no paga una compensación diez veces mayor por el daño, vamos a contarle a todos lo que hizo.

Del otro lado de la llamada, la voz masculina sonaba llena de resentimiento.

Tatiana se quedó atónita.

—¿Cómo que están en el hospital? ¿De qué hablas?

...

Mientras tanto, Joana estaba en la habitación de al lado, espiando por la rendija de la puerta.