Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 285

—De todas formas, gracias otra vez por ayudarme —Joana lo miró fijamente a los ojos, tan claros como el ámbar, y esta vez no apartó la mirada.

No era la primera vez. Tampoco sería la última.

Arturo pasó el pulgar con suavidad por su mejilla y le tocó la nariz.

—¿Solo eso?

Ninguna palabra le sonaba tan bien como las que quería escuchar.

Joana se quedó en blanco.

¿Se suponía que debía decir algo más?

Pensó en eso y, de pronto, sintió que algo no cuadraba.

—Otro día iré a tu casa a darte las gracias —dijo.

A Arturo siempre le daban risa las ocurrencias de ella.

¿Eso era lo que quería?

¿Quién sabe quién fue la que, en aquel tiempo, en la cueva, dijo que si salían vivos, cuando creciera se casaría con él?

Quién sabe quién.

La veía bien. Se notaba que había crecido.

Arturo apartó la mirada del rostro confundido de Joana.

—Olvídalo —murmuró con tono apacible—. Te deseo de antemano un feliz divorcio mañana.

Joana le regaló una sonrisa radiante.

—Gracias.

El señor Herrera ya le había entregado la versión más reciente del acuerdo de divorcio.

Solo faltaba que al día siguiente, ella y Fabián fueran juntos al registro civil y, un mes después, podrían casarse sin problemas.

...

Esa noche, cuando terminó la cena, Joana recibió una llamada de Lorenzo.

Dejó sonar el teléfono hasta que la llamada se cortó sola, ignorándolo por completo.

Ese tipo y Tatiana hacían la peor dupla.

Si solo dejaba que sonara diez segundos y colgaba, seguro era para tantear si estaba en casa.

Joana esquivó a todos y se fue directo a su casa.

Pero esa noche, otra noticia estalló en internet.

El magnate inmobiliario Maurilio fue captado en una transmisión en vivo engañando a su esposa y el video se viralizó por todo el país.

El momento en que, en la cama, cubriéndose la cabeza, gritaba: “¡Amor, no me pegues!” ya circulaba como meme por todos lados.

La gente no paraba de comentar y burlarse. La polémica se mezcló con el morbo, y nadie quería quedarse fuera del chisme.

La plataforma intentó frenar la viralización, pero nada pudo detener la avalancha de videos y memes que pasaban de mano en mano.

La imagen de “hombre enamorado” que Maurilio había construido se vino abajo.

Su esposa, furiosa, volvió esa misma noche desde el extranjero y le armó un escándalo en plena calle.

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