Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 322

La tienda física de ropa de estilo moderno, que la empresa venía preparando, abriría sus puertas oficialmente en tres días.

Todos los diseños que Joana había presentado ya estaban entregados y se convirtieron en la principal apuesta de la tienda para esa temporada.

—Joana, estos días organizamos un sorteo para probarse la ropa y la respuesta de la gente ha sido buenísima. Ahora solo falta que regreses tú. El día de la inauguración, vamos a cortar el listón juntas —le contó Sabrina con entusiasmo, detallándole todo lo que había pasado en su ausencia.

Joana curvó los labios, con una sonrisa radiante.

—Claro que sí, que a la gente le guste es la mejor recompensa que puedo recibir.

Durante mucho tiempo, ella no se había atrevido a diseñar de nuevo.

No era solo miedo, también era el temor de que sus creaciones jamás volvieran a ver la luz del mercado.

Pero Sabrina nunca dejó de motivarla, siempre le decía que sus obras valían mucho. Por bastante tiempo, esas palabras fueron su mayor soporte.

En el fondo, Joana le estaba profundamente agradecida a su amiga.

—Que todos compartan mi visión es un honor para mí. Joana, yo sabía que tenías talento. Ya te mandé la dirección, ese día tienes que venir a festejar. Invitamos a varios amigos que hace tiempo no veíamos.

Joana aceptó feliz:

—No te preocupes, ahí estaré.

...

A la mañana siguiente, justo a las nueve, Joana recibió nuevamente un ramo de flores entregado por el repartidor de siempre.

Esta vez eran girasoles.

Joana tomó las flores con total tranquilidad.

Al cerrar la puerta, no pudo evitar que una sonrisita se le escapara.

Definitivamente era cosa de Arturo.

Repartió todos los ramos que había recibido últimamente en diferentes floreros, recortando los tallos con dedicación.

Algunas flores que ya estaban marchitas las puso a secar en el balcón; tenía pensado convertirlas en un pequeño recuerdo, hacerlas parte de un cuadro y guardarlas para siempre.

Era su manera de atesorar el momento.

En el balcón, ya se veía la luz encendida en el departamento de al lado.

Joana supuso que Arturo ya había llegado a casa con Carolina.

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