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Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 334

—Esta señorita solo es una practicante que viene de Estudio Bravura, no conoce la situación a fondo y no puede hablar en nombre de Onda Étnica.

Joana lanzó una mirada cortante a Lorena.

Lorena sintió que la tierra se la tragaba.

Ese comentario sin pelos en la lengua le tiró por tierra todo lo que acababa de decir en la transmisión en vivo, donde había intentado salvar la imagen de la tienda con promesas y elogios vacíos.

[¿Solo una practicante? ¡Con razón promete lo que sea! La capacitación en Onda Étnica deja mucho que desear.]

[Pero Onda Étnica no se hizo famosa precisamente por la atención de sus vendedoras? A mí este plan que dio la practicante se me hace exagerado.]

[¿Qué les pasa? ¿Todavía están del lado de esa tienda tramposa? ¡Esa ropa casi mata a alguien y ahora le echan la culpa a la practicante que lleva apenas unos días!]

[¿Así es el poder del dinero? Da miedo de verdad.]

[Esto me hizo reír tanto que en la transmisión pedí diez prendas y cancelé todo al instante. ¿Qué tal, eh?]

Los comentarios en internet estaban que ardían, completamente divididos.

La mujer frunció el ceño y soltó, en tono desdeñoso:

—¿Entonces sigues negando que su mercancía está defectuosa?

Joana, con voz serena, explicó:

—Este vestido, Sueño de Ébano, sí se parece mucho al diseño original que vendemos en la tienda. Pero la versión original está hecha con ochenta por ciento de seda de gusano, mucho más suave y gentil con la piel. El suyo, en cambio, está hecho con tela a base de acetato purificado. A simple vista parecen iguales, pero el precio entre ambos es completamente distinto.

—¿Y eso qué? ¡Eso no prueba que ustedes no estén vendiendo productos de baja calidad! ¡Lo que le pasó a mi hermana es culpa de ustedes! —la mujer apretó los dientes—. ¿Puedes jurar que en tu tienda no hay otra prenda igualita a esta? ¡A lo mejor venden originales y copias mezcladas!

—¡En Onda Étnica jamás mezclamos productos auténticos con copias! Cada vestido que vendemos pasa por una inspección muy estricta.

Hasta Joana, que siempre mantenía la calma, ya estaba perdiendo la paciencia.

La mujer soltó una risa burlona.

—Hablar bonito es gratis. ¿Quién asegura que lo que venden ahora sí sea lo que dicen?

Su manera tan segura de hablar terminó de encender el ánimo de algunos curiosos y clientes que se habían acercado.

—Pues sí, solo está diciendo que la tela es distinta, pero la muchacha ya llegó diciendo que el problema era la calidad.

Capítulo 334 1

Capítulo 334 2

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