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De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 293

Al escuchar esa palabra, «mamá», después de tanto tiempo, el cuerpo de Belén se paralizó por un instante.

Pero al reaccionar, forzó una sonrisa.

—No es nada, no te preocupes.

Lo dijo con una calma fingida y se dispuso a marcharse.

Sin embargo, las palabras de Cecilia también habían captado la atención de Fabián.

Se giró y vio la sangre que manchaba el brazo de Belén.

—Ven, déjame ver —dijo por instinto, con un tono autoritario, casi como si estuviera dando una orden.

Belén lo miró y respondió con indiferencia:

—No es nada grave.

Apenas terminó de hablar, Fabián ya se había levantado y le había sujetado el brazo.

Belén se sobresaltó e intentó soltarse, pero Fabián la sujetaba con tanta fuerza que le fue imposible.

A medida que él se acercaba, ella retrocedía, pero antes de que pudiera reaccionar, Fabián la levantó en brazos sin el menor reparo.

—¡Fabián, bájame! —le espetó ella—. ¿Qué crees que haces?

Fabián, con el rostro serio, caminó hacia el exterior del césped sin decir una palabra.

Mientras caminaba, le dio instrucciones a Camila:

—Camila, cuida bien de Cecilia y de Rosa.

La voz nerviosa de Camila llegó desde atrás:

—Sí, señor.

Rosario, al escuchar el grito de Belén, miró en esa dirección. Quiso salir corriendo, pero Fabio la detuvo.

—Rosa, no lo vas a alcanzar.

A un lado, Tobías lo había presenciado todo. Tenía un lápiz en la mano y, al ver cómo se llevaban a Belén, lo partió en dos con una fuerza repentina.

Después de romperlo, lo arrojó lejos, se puso de pie con el rostro desencajado y pateó el césped con furia.

Un trozo de hierba y tierra salió volando por los aires.

Esteban lo vio todo, pero no dijo nada.

Belén, en brazos de Fabián, luchaba por liberarse, pero él la sujetaba como si sus brazos fueran tenazas, inmovilizándola por completo.

No fue hasta que la metió en el carro que ella aprovechó para darle una patada.

Fabián, con el rostro impasible pero sin enojarse, se inclinó para salir y cerró los seguros del carro.

Abrió el pequeño botiquín de primeros auxilios que llevaba y le agarró la manga.

Belén, sabiendo que no podía ganar, apartó su mano.

Capítulo 293 1

Capítulo 293 2

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