Belén también se sorprendió al ver a Hugo.
Pero tras un breve momento de asombro, esbozó una leve sonrisa y lo saludó:
—Hugo, qué coincidencia. No esperaba encontrarte aquí.
Hugo le devolvió la sonrisa.
—Sí, pero justo estaba por llamarte.
Belén, que todavía sostenía el brazo del abuelo, miró a Hugo sin percatarse de que la mirada del anciano ya estaba cargada de advertencia.
En cuanto a Fabián, aprovechó el saludo entre Hugo y Belén para sacar su celular del bolsillo.
Fabián parecía estar respondiendo un mensaje. Para el abuelo, seguramente se trataba de asuntos de trabajo.
En ese momento, los ojos de Belén solo veían a Hugo. Le preguntó:
—¿Necesitabas algo?
Hugo seguía sonriendo.
—El maestro Rodrigo tiene una actividad de enseñanza este fin de semana, ¿quieres venir?
Belén aceptó sin pensarlo.
—Claro.
Apenas pronunció la palabra, antes de que Hugo pudiera decir algo, el abuelo intervino de repente:
—Este señor parece muy joven, ¿está casado?
Fabián seguía respondiendo mensajes. Al oír la voz del abuelo, guardó rápidamente el celular.
Cuando Belén miró al abuelo, también notó el gesto de Fabián.
Supuso que estaba chateando con Frida.
Quizás hablaban de cuánto se extrañaban, o quizás preguntaba por Cecilia.
Hugo, por su parte, desvió la mirada de Belén hacia el abuelo y respondió con calma:
—Todavía no.
Al oírlo, el abuelo dijo con un tono amable:
—Ya que eres amigo de Belén, como su abuelo no puedo ser tacaño. ¿Qué te parece si te presento a alguien?
Hugo, sin dudarlo, rechazó la oferta.
—Gracias, pero no es necesario. Ya tengo a alguien en mente.
Al decir esto, instintivamente miró de reojo a Belén.
El abuelo, con la experiencia de los años, captó de inmediato las intenciones de Hugo.

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Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: De Esposa Desechable a Cirujana Renacida
Faltan muchos capitulos y a los que hay les falta parte del texto. Asi es imposible. Te gastas dinero para leer u te toman el pelo....