De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 374

«Seguro está ocupada con algo», pensó.

Pero pasaron otros diez minutos y Belén seguía sin aparecer.

Finalmente, Fabián decidió llamarla.

El teléfono sonó, pero nadie contestó.

Volvió a intentarlo varias veces, siempre con el mismo resultado.

Fabián se sintió perdido. No sabía si Belén no quería contestarle o si simplemente no había visto las llamadas.

Justo en ese momento de angustia, la puerta de la sala de urgencias se abrió.

Fabián se levantó de un salto y preguntó con ansiedad:

—Doctor, ¿cómo está mi hija?

El médico, un hombre con gafas, se quitó el cubrebocas y le dijo:

—Ya está fuera de peligro, pero tendrá que pasar la noche en la unidad de cuidados intensivos pediátricos. Cuando se estabilice, podrá pasar a una habitación normal.

Al oírlo, Fabián por fin pudo soltar el aire que tenía contenido en el pecho.

El médico notó su alivio, pero no pudo evitar reprenderlo.

—Cecilia solo tiene cinco años, ustedes como padres deben tener más cuidado. ¿Cómo es posible que una niña hospitalizada esté sola?

Fabián frunció el ceño.

—¿No estaba su madre con ella?

—Si su madre hubiera estado aquí, nada de esto habría pasado —respondió el médico con un tono aún más severo.

En ese momento, Fabián comprendió que Belén nunca había ido al hospital.

Ya no escuchó nada más de lo que dijo el médico.

Solo quería saber por qué Belén no había ido.

Una llama de furia ardía en su interior mientras marcaba el número de Belén una y otra vez.

Pero al otro lado, nadie contestaba.

Esta vez estaba seguro: Belén no es que no hubiera visto sus llamadas, era que deliberadamente no las contestaba.

Y por su decisión deliberada de ignorar los mensajes y las llamadas, su hija casi había sufrido un accidente.

Por suerte, Cecilia estaba bien. Si algo le hubiera pasado…

Fabián no se atrevió a seguir pensando en ello.

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