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Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1024

Samanta se apoyó en la orilla de la mesa, temblando sin poder contenerse. Toda su arrogancia y sus planes se veían ahora tan ridículos y frágiles frente a la estrategia despiadada de Gaspar.

—Vaya, Gaspar, sí que eres cruel —murmuró entre dientes, cargada de rabia y desilusión. De pronto, su mirada se topó con el contrato frente a ella. Lo tomó con la intención de hacerlo pedazos, como si con eso pudiera desquitarse de toda su impotencia.

Pero justo cuando iba a romperlo, una idea cruzó por su mente. Frenéticamente, comenzó a hojear el contrato, buscando algo con la mirada encendida. Al fin, sus dedos se detuvieron en una cláusula resaltada en negritas.

‘Cláusula de confidencialidad: Todo el contenido de este contrato no podrá ser comunicado, divulgado ni mostrado a ningún tercero sin el consentimiento escrito de la parte B. De lo contrario, se considerará un incumplimiento por parte de la parte A, quien deberá asumir la responsabilidad legal correspondiente y compensar a la parte B por los daños ocasionados.’

Los ojos de Samanta brillaron con un odio retorcido en ese instante.

Gaspar había incumplido el contrato.

Hacía apenas unos minutos, sin su permiso, él había mostrado el contenido del contrato a Micaela.

Sin pensárselo dos veces, tomó el contrato y salió apresurada de la sala de juntas. Tenía que confrontar a Gaspar, hacer que pagara de inmediato por haber roto el acuerdo.

Detuvo a una enfermera en el pasillo.

—Disculpa, ¿dónde está Gaspar?

La enfermera, sorprendida por el tono urgente, le indicó hacia el fondo.

—El señor Gaspar acaba de volver a su oficina.

La mirada de Samanta se tornó aún más desesperada, y se dirigió casi corriendo hacia la oficina de Gaspar.

Sin embargo, al pasar por la sala de descanso, lo vio allí, de pie junto a la ventana, sereno como si nada pasara.

—Gaspar —lo encaró sin dudar, arrojándole el contrato sobre la mesa con fuerza—. Violaste la cláusula de confidencialidad. Sin mi permiso, le mostraste el contrato a Micaela. Eso es un incumplimiento.

Lo miró fijamente, esperando encontrar aunque fuera un destello de nerviosismo o culpa en su rostro impecable y elegante.

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