Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1113

Tras una mañana ajetreada, llegaron las dos y media. Micaela, sintiendo un poco de sueño, tomó su taza de café y bebió un sorbo mientras miraba por la ventana. La imagen de Anselmo apareció en su mente. Ya habían pasado siete días y no había tenido ni una sola noticia de él.

Ni un mensaje, ni una llamada.

Micaela pensó en contactar a la familia Villegas, pero no sabía con qué título hacerlo. Su relación con Anselmo era un asunto privado, y mientras no se hiciera oficial, no podía contactarlos por su cuenta.

Pero estaba muy preocupada por él.

Mientras Micaela estaba absorta en sus pensamientos, una voz masculina grave sonó detrás de ella.

—¿Estás preocupada por él?

Micaela se sobresaltó y se giró para ver al hombre que había entrado sin que se diera cuenta. Frunció el ceño.

—La próxima vez, por favor, toca la puerta.

El apuesto semblante de Gaspar se tensó un poco, y su voz se volvió más grave.

—Disculpa, vi que la puerta de tu oficina estaba abierta.

Micaela volvió a su asiento y le preguntó:

—¿Necesitas algo?

—Te envié los detalles del foro de tecnología a tu correo —dijo Gaspar. Al notar las leves sombras bajo sus ojos, añadió con interés—: ¿No descansaste bien anoche?

—Estoy bien —respondió Micaela mientras ordenaba los documentos de su escritorio, sin ganas de entrar en detalles.

Gaspar guardó silencio por un momento y luego dijo de repente:

—Esta tarde voy a la oficina del alcalde. ¿Necesitas que averigüe algo sobre él?

Micaela levantó la vista de golpe. Era evidente que anhelaba noticias de Anselmo, pero al pensar en quién se las ofrecía, negó con la cabeza.

—No, gracias.

—Para alguien de su rango, es normal que no pueda contactar con el exterior mientras está en una misión. No te preocupes demasiado.

Antes de que Micaela pudiera decir algo, Gaspar continuó:

—Averiguaré qué ha sido de él por ti.

Dicho esto, se dio la vuelta y salió de la oficina.