Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1152

Mientras Lara conducía, miraba a su padre por el espejo retrovisor. El odio y la rabia que sentía hacia Samanta eran intensos. Pensar que había engañado a toda su familia y que, al final, había provocado la quiebra del Grupo Báez la hacía parecerle detestable.

Si hubiera dejado claro desde el principio que no se podía confiar en Gaspar, su padre no habría llegado a esta situación. Incluso antes de que la empresa cotizara en bolsa, su padre ya tenía un buen patrimonio.

Y al recordar la actitud de Samanta, presumiendo de Gaspar como si de verdad fuera su novio, su futuro esposo, sentía una mezcla de asco y ridículo.

En realidad, Gaspar solo estaba usando su sangre para salvar a un familiar. Vaya que se lo había creído. Pero, ¿por qué Gaspar se había divorciado también de Micaela? Después de darle un par de vueltas, empezó a entenderlo. Con lo enamorada que estaba Samanta de Gaspar, ¿cómo no iba a meter cizaña para separarlos?

El hecho de que Gaspar le hubiera dado ochenta mil millones a Micaela en el divorcio demostraba que había sido ella quien lo había pedido, y que Gaspar se había visto obligado a aceptarlo. Darle la custodia de los hijos, dinero y recursos solo podía significar que todavía la amaba.

De lo contrario, no habría seguido invirtiendo tanto dinero en la investigación de Micaela desde que ella entró al laboratorio. Pensar en eso hizo que Lara se sintiera aún peor.

En ese momento, escuchó que su padre hablaba por teléfono con alguien en el asiento trasero.

—Contacta de inmediato al abogado Dávalos y al contador Barrera. Quiero tener todos los documentos para la solicitud de quiebra listos para mañana por la mañana.

Lara se sorprendió. ¿Su padre estaba decidido a declararse en bancarrota?

—Papá, ¿de verdad… de verdad no hay otra opción? —preguntó Lara, que no podía resignarse a que su familia quebrara así como así.

En los ojos de Néstor ya no había rastro de la furia de antes, solo quedaba la última pizca de astucia de un hombre de negocios. Después de hablar con Samanta, comprendió que enfrentarse a Gaspar no lo llevaría a nada bueno. En el mundo empresarial, Gaspar tenía un poder absoluto; se decía que tenía fuertes conexiones con la élite política de Villa Fantasía. Cualquier intento de resistirse sería inútil.

Si no quería terminar peor, con más deudas, lo único que podía hacer era declararse en quiebra voluntariamente. Así podría usar el proceso de protección por bancarrota para salvar lo que pudiera del patrimonio familiar y dejarle un futuro a la familia Báez.