Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 1322

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La expresión de Samanta se ensombreció. Abrió la boca para replicar, pero se dio cuenta de que Noelia tenía razón. Si ella y Micaela aparecieran en la misma cena o fiesta, sin duda intentaría por todos los medios demostrar su estatus, humillando, presionando y haciendo pasar un mal rato a Micaela.

Noelia continuó: —Precisamente porque Gaspar te conoce demasiado bien, es que no la llevaba a su círculo social. No quería que se topara contigo, no quería que la lastimaras ni que sufriera. La protegía en casa, lejos de tus provocaciones. Y eso es, justamente, porque le importa, porque no quiere perderla —analizó Noelia con lucidez.

Las palabras de Noelia fueron como un golpe en el pecho de Samanta, destrozando de un solo tajo el autoengaño en el que había vivido.

Resulta que lo que ella consideraba como «Micaela no está a la altura, no es presentable», ¿era en realidad el cuidado esmerado de Gaspar? Con resentimiento, le replicó a Noelia: —¿Y si la ama tanto, por qué se divorció de ella?

—Aunque se hayan divorciado, eso no tiene nada que ver contigo —respondió Noelia, con una calma brutal—. Seguramente fue por algún problema interno entre ellos. Además, cuando Gaspar se divorció, le dio la mitad de su fortuna a Micaela. ¿Sabes lo que eso significa?

Samanta se mordió con fuerza el labio rojo. Lo sabía, pero nunca se había detenido a pensar en la profundidad de ese gesto.

—Significa que Gaspar nunca quiso cortar lazos con Micaela por completo. Le dio ocho empresas, lo cual es en sí mismo una estrategia a largo plazo, una forma de mantener un vínculo. La ató a él de esa manera. Eso no es abandonarla, sino un plan más profundo, una jugada que se vio obligado a hacer por las circunstancias.

El análisis de Noelia fue como una serie de agujas invisibles clavándose en el corazón de Samanta.

Resulta que, en el mundo de Gaspar y Micaela, ella no era más que una extraña, una herramienta que podían usar y desechar a su antojo.

—¡Ja! —Samanta soltó una risa cargada de autodesprecio—. ¿Entonces me estás diciendo que Gaspar siempre se ha desvivido por Micaela?