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Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 411

Al salir del hotel, Micaela se dirigió a su carro, estacionado en el estacionamiento al aire libre, mientras que el de Jacobo estaba en el estacionamiento subterráneo.

—Micaela, ¿tienes tiempo para salir a comer algún día? —preguntó Jacobo, con un dejo de nostalgia en la voz.

—Últimamente he estado algo ocupada —contestó Micaela con sinceridad, pues la esperaba una montaña de trabajo pendiente.

Una sombra de preocupación cruzó los ojos de Jacobo. Aunque ya no estaba al frente de Laboratorios Rojas Innovación, nunca dejaba de seguir los movimientos del mundo científico. Sabía bien que Micaela trabajaba ahora en InnovaCiencia Global, famosa por sus jornadas intensas y su ritmo frenético.

—Entiendo, entonces te busco cuando termines con todo ese trabajo —dijo Jacobo, comprensivo.

Micaela asintió.

—Perfecto, me tengo que ir.

Jacobo se quedó mirando la silueta de Micaela mientras se alejaba, sin apartar la mirada hasta que ella desapareció entre los carros. Solo entonces, dio media vuelta y regresó al lobby, rumbo al elevador.

...

Oficinas de InnovaCiencia Global.

Micaela estaba sumergida en sus pendientes cuando Betina entró con una carpeta en la mano.

—Micaela, el señor Leónidas quiere verte en su oficina.

Micaela soltó lo que tenía entre manos y se encaminó a la oficina de su jefe. Leónidas la recibió con una sonrisa amplia.

—Micaela, qué bueno que llegaste. Toma asiento.

Ella se sentó, un tanto intrigada.

—¿Ocurre algo, señor Leónidas?

—Verás, la fecha de nuestra conferencia anual ya está muy cerca. Este año, queremos que tú seas la encargada de la ponencia sobre inteligencia artificial aplicada a la biología —dijo él, mirándola con expectativa.

Micaela arrugó la frente.

—Creo que Ramiro sería mejor opción para eso.

Micaela sintió un nudo en la garganta.

—¿Cómo pudo pasar esto…?

—Voy a llevarla al centro oncológico para que reciba el mejor tratamiento posible, y quiero aprovechar para pasar con ella este tiempo —dijo Ramiro, con voz quebrada.

—Por favor, dedícale todo el tiempo que necesites. Yo me encargo de todo aquí —Micaela sostuvo el celular con fuerza—. Si hay algo en lo que pueda ayudarte, no dudes en decírmelo.

—La ponencia la iba a dar yo, pero te recomendé porque sé que lo harás increíble —agregó Ramiro.

—Déjalo en mis manos, tú concéntrate en cuidar a tu familia —respondió Micaela, sintiéndose impotente pero queriendo reconfortarlo.

Después de colgar, Micaela empezó a armar el esquema de su discurso. Sabía que la conferencia de InnovaCiencia Global era un evento de alto perfil, al que asistirían representantes de empresas de todo el mundo. No podía permitirse fallar.

Cuando estaba a punto de irse, recogiendo sus cosas al final del día, la puerta de su oficina se abrió de golpe. Lara entró con el ceño marcado y una mirada llena de enojo.

—Micaela, ¿por qué tienes que ser tú la que suba al escenario en lugar de Ramiro? ¿Acaso quieres acaparar todos los reflectores? Aunque Ramiro no esté, no te corresponde a ti reemplazarlo.

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