Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 453

Micaela terminó su jornada de trabajo y, al llegar a casa, lo que más le reconfortaba era ver la sonrisa tierna de su hija.

No había nada como esos besos dulces que Pilar le daba, uno tras otro, haciéndole sentir cuánto la necesitaba y dependía de ella.

Sofía era quien se encargaba de todo en la casa: desde la comida hasta el orden; ella mantenía todo en perfecto equilibrio, dándole a Micaela ese remanso de paz que tanto necesitaba para descansar.

—Mamá, mañana es el cumpleaños de Viviana. He estado pensando, ¿qué le podría regalar? —Pilar preguntó, frunciendo el ceño, claramente preocupada.

Micaela soltó una risa suave.

—Mañana temprano te llevo al centro comercial y escogemos juntas, ¿te parece bien? Esta vez tú eliges el regalo.

Pilar asintió emocionada.

—¡Sí!

—¡Pilar ya parece toda una adulta! —comentó Sofía desde la cocina, sonriendo de oreja a oreja.

Micaela miró a su hija y, en su mente, deseaba que el tiempo volara y Pilar creciera pronto. Soñaba con ese futuro en el que, dentro de unos años, además de madre e hija, serían grandes amigas.

...

Por la noche, Micaela recibió un correo del Dr. Smith, desde su laboratorio en el extranjero. Después de felicitarla por su reciente avance, le adjuntó un documento con datos clínicos sobre pacientes con leucemia, esperando que le fueran útiles para su investigación.

Micaela pensó en el laboratorio de Smith, y en que Gaspar también era uno de los inversionistas. Al final, todo se resumía en compartir recursos.

Le respondió agradeciendo la información y manifestando su deseo de intercambiar ideas en el futuro.

No esperaba que Dr. Smith contestara tan rápido: le avisó que la siguiente semana viajaría al país y que podrían reunirse para hablar a fondo.

Eso la animó mucho; estaba ansiosa por conocerlo en persona.

...

Esa noche, Pilar no paraba de moverse en la cama, inquieta por el regalo que daría al día siguiente. Micaela la abrazó y la llenó de besos, disfrutando del momento.

—Mamá, ¿papá irá conmigo a la fiesta de Viviana? —preguntó Pilar de pronto, con la voz bajita.