Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 588

Gaspar mandó un mensaje al rato: [Voy a llevar a Pilar a comer al restaurante, ¿quieres venir?]

Micaela respondió de inmediato: [No, gracias.]

Gaspar ya no dijo nada. No hubo más mensajes hasta las cinco de la tarde, cuando Gaspar regresó al hotel con Pilar de la mano.

—Mamá, papá me llevó al zoológico —anunció Pilar, llena de alegría.

Gaspar aprovechó su tiempo libre para pasar el día con su hija, como debía hacerlo cualquier papá. Sin embargo, ni siquiera entró a la habitación, sabía perfectamente que Micaela no quería verlo.

Por la noche, Micaela llevó a Pilar a cenar a un restaurante cerca del hotel. Sofía, que las acompañó, también se veía feliz; andar con Micaela era recibir un trato especial.

...

Al día siguiente, temprano, Sofía se quedó en el hotel cuidando a Pilar. Gaspar dejó a Enzo en el hotel para cualquier cosa que pudiera surgir y así estar al pendiente.

En el interior del Gran Teatro Nacional, las luces brillaban con fuerza.

Micaela vestía un conjunto gris discreto pero elegante. Se sentó en la zona destinada a los invitados del ámbito de investigación médica, mientras que, en la primera fila, Gaspar lucía imponente en su asiento.

Las cámaras de los reporteros apuntaban directamente hacia ellos. Entre las pocas mujeres presentes, Micaela destacaba. Joven, atractiva, con una mezcla de carácter firme y delicadeza; como si llevara la fuerza de un diamante y la suavidad de una perla.

Los reporteros no podían evitar enfocar sus lentes en ella y en Gaspar.

—Ahora invitamos al escenario a la ganadora del Premio Nacional al Avance en Ciencia y Tecnología: ¡la doctora Micaela!

El aplauso retumbó. Micaela se levantó con elegancia. Al subir los escalones, se llevó una sorpresa: el invitado encargado de entregarle el premio era nada menos que el señor Secretario de Estado.

Micaela sintió que el corazón le latía con fuerza, entre emoción y orgullo.

—Señorita Micaela, nos volvemos a encontrar —Norberto Villegas le extendió la mano con una sonrisa cálida.

Micaela notó que él parecía más envejecido que la última vez que lo había visto. Pensó que, seguramente, la reciente lesión y regreso de Anselmo al país lo habían tenido preocupado.