Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 613

Micaela frunció el ceño; las palabras de Leónidas la dejaron dudando, pero decidió que primero investigaría ese robot antes de sacar conclusiones.

Colgó la llamada y regresó a la sala. Ahí, justo pudo ver a su hija jugando feliz con el robot. Pilar ladeó la cabeza con curiosidad y, con su vocecita dulce, preguntó:

—Tecolote, quiero que papá me cuente un cuento.

Los ojos del robot parpadearon dos veces y enseguida surgió la voz suave de Gaspar, transmitida por el aparato:

—¿Qué cuento quieres escuchar, Pilar?

—¡Wow! ¡Sí es mi papá quien me cuenta el cuento! —exclamó Pilar, aplaudiendo emocionada—. Quiero escuchar el cuento de la Sirenita.

Micaela observaba desde un costado, con el ceño aún fruncido. Gaspar seguía usando su propia voz, lo que le parecía inquietante, pero tenía que admitir que, de alguna manera, también era una forma de que su hija sintiera la presencia paterna.

—Tecolote, ven, sígueme —llamó Pilar.

La niña caminó hacia el sofá, mientras Tecolote la seguía obediente. Al sentarse, el robot se plantó frente a ella y, con la voz grave y envolvente de Gaspar, comenzó a relatar el cuento de la Sirenita, haciendo que la historia sonara mágica.

De repente, el celular de Micaela sonó. Al ver la pantalla, reconoció la llamada de Gaspar. Caminó hacia la puerta principal y contestó.

—Todas las funciones de monitoreo del robot se pueden desactivar. Su único objetivo es acompañar a Pilar —la voz de Gaspar sonaba algo cansada—. No te preocupes, no voy a invadir tu privacidad.

—Más te vale que así sea —soltó Micaela, con tono cortante.

—Te lo prometo —replicó Gaspar con voz ronca—. Este robot tiene el sistema de interacción emocional más avanzado que hay. Cuando tú estés ocupada, puede acompañar a Pilar por mí.

Un nudo de sentimientos cruzó el pecho de Micaela. Al voltear, vio a su hija fascinada con el robot y, aunque ella seguía con ciertas dudas, no podía rechazar ese regalo.