Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 62

En el vuelo de regreso al país desde Isla Serena.

En la cabina de primera clase.

Gaspar pidió un periódico a la sobrecargo.

La sobrecargo ya sabía perfectamente quién era él, así que le prestó aún más atención al atenderlo.

Gaspar tenía un porte atractivo; su camisa oscura resaltaba su figura esbelta y firme, las líneas de su cara eran marcadas y bien definidas, pero sin perder ese aire de determinación. Sus ojos, agudos e inteligentes, destilaban una chispa de ingenio que le sumaba carisma.

La sobrecargo, mientras tanto, echó una mirada discreta a la mujer sentada a su lado: la reconocida pianista internacional Samanta. En ese momento, Samanta descansaba bajo una manta, con el antifaz puesto, profundamente dormida.

Gaspar estiró el periódico y empezó a ojearlo. No fue hasta que llegó a una página con un artículo médico publicado en inglés que detuvo el movimiento de sus manos, dedicándose a leer con atención.

Al terminarlo, sus ojos profundos destellaron con una expresión de reconocimiento; ese artículo sobresaliente solo reafirmaba sus planes de inversión para el futuro.

Sin poder evitarlo, Gaspar bajó la mirada hacia el nombre de la autora del artículo. De inmediato, sus ojos se entornaron unos segundos, pensativo.

Michaela Arias.

Gaspar se quedó observando esos nombres por unos instantes, arrugó el entrecejo y luego siguió hojeando el periódico en busca de otras noticias que llamaran su atención.

Aunque el nombre, al traducirlo, coincidía con el de su esposa, ni por un momento pensó que una investigación médica tan profunda pudiera haber salido de las manos de Micaela.

...

En el aeropuerto, Hernán llevaba casi diez días esperando, hasta que por fin logró captar el regreso de Gaspar y Samanta al país. Se ubicó en un sitio estratégico y sacó su celular para tomarles fotos a escondidas.

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