Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 778

Micaela colgó el teléfono de inmediato, aventó el celular a un lado y ni siquiera se molestó en volverlo a ver.

Tenía clarísimo que Gaspar solo metía a Lara en cualquier proyecto porque ella sí tenía el talento para defenderse ahí. Si no fuera así, ni metida con calzador habría aguantado la presión.

Por eso, Lara debía quedarse justo en el puesto que más le convenía, aunque eso implicara salir de la sombra de la envidia y los celos. Al final, de eso dependía su propio crecimiento.

Samanta, en cambio, con sus movidas, no estaba ayudando a su hermana; la estaba perjudicando.

Romper una barrera técnica no era cuestión de suerte ni de contactos.

Ahora, con Ramiro Herrera vigilando el proyecto, aunque Gaspar intentara meter a Lara por la fuerza, Ramiro dejaría clara su postura.

Ramiro jamás traicionaría sus principios profesionales, salvo que Gaspar quisiera correrlo del equipo.

Es cierto, Gaspar nunca le negaba nada a Samanta; le daba todo lo que pedía. Pero en este asunto, su criterio profesional no le permitiría hacer tonterías.

Quizá después buscaría compensarlas dándoles otro beneficio, o algún premio para que ambas quedaran conformes.

Mientras tanto, Lara solo podía dar vueltas en la oficina, completamente desganada. Todo lo que tenía entre manos ya le resultaba indiferente; lo único que quería era una respuesta.

Samanta le había dicho que Gaspar la vería más tarde. ¿Acaso tendría que esperar hasta la noche? Gaspar andaba tan ocupado que era posible que solo tuviera tiempo hasta altas horas.

Y bueno, un amigo se mostraba más flexible solo en una situación: en la cama.

Quizá de verdad tendría que esperar hasta después de hoy. Lara se obligó a mantener la calma.

Justo en ese momento, sonó el teléfono. Era Zaira. Lara se quedó helada. ¿Para qué le llamaría la señora Zaira a estas horas?

Dudó un instante, pero terminó contestando.

—¿Señora Zaira?

Desde el otro lado, Zaira le habló con un tono suave:

—Lara, ¿cómo va todo en el trabajo?