Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 804

Gaspar preguntó con un tono relajado, como si solo estuviera platicando de cualquier cosa, pero en sus ojos había una mirada profunda y aguda, fija en Ramiro.

Ramiro estaba a punto de servirse un poco de comida, pero su mano se quedó suspendida en el aire. Miró a Gaspar y luego volteó hacia Micaela, como si quisiera preguntarle si debía responder o no.

Micaela levantó la vista y miró a Gaspar directamente, sin ocultar su molestia.

Ramiro se ajustó los lentes y, sonriendo, contestó con naturalidad:

—¿Yo y Micaela? A decir verdad, Micaela es como mi hermana menor. Cuando vivíamos en el extranjero, su papá fue mi mentor durante un año. Después, regresé al país y me uní al laboratorio, en parte gracias a Micaela.

Ramiro soltó estas palabras con una tranquilidad total.

Sobre todo, al mencionar que había regresado por Micaela.

Gaspar, al escuchar esto, dirigió su mirada hacia Micaela y comentó con un tono neutral:

—Veo que tu papá sí que ha formado a muchos talentos.

Era un halago, pero también se notaba un trasfondo difícil de describir.

Micaela sostuvo su mirada, le contestó con voz cortante:

—¿No que no íbamos a hablar de asuntos personales?

Dejó claro que su pregunta estaba fuera de lugar.

Gaspar sonrió, tomó el tenedor y dijo:

—Perdón, se me salió. Antes ni sabía que tenías amistad con alguien como el Dr. Ramiro.

Ramiro entendió perfectamente que ese “antes” se refería al tiempo en que Gaspar y Micaela aún estaban casados.

Micaela prefirió no contestar.

Ramiro retomó la conversación:

—Supongo que el Sr. Gaspar invierte en el proyecto del laboratorio por nuestra capacidad profesional y el trabajo en equipo, no por cosas que no vienen al caso.

Con esto, Ramiro dejaba claro que el papel de Gaspar como inversionista debía centrarse en el proyecto.

Gaspar sonrió de nuevo:

—Tiene razón, Dr. Ramiro. Mejor comamos.