Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 929

Adriana no lograba entender nada. Había demasiadas cosas que le daban vueltas en la cabeza, pero recordaba perfectamente que su hermano siempre había tratado muy bien a Samanta. Eso era un hecho.

Samanta presumía cada regalo que el hermano mayor le daba. Y la verdad, hasta ella sentía envidia por tantos lujos.

Desde bolsas de diseñador de edición limitada, un carro deportivo Ferrari, una mansión enorme… y ese cuidado tan especial que su hermano tenía con Samanta. Si eso no era amor, ¿entonces qué lo era?

Adriana soltó un suspiro. Justo en ese instante, vio a Micaela, que estaba de pie conversando con una enfermera sobre algo.

Sin pensarlo, Adriana se acercó y la llamó:

—Micaela.

—¿Qué pasa? —Micaela volteó a verla.

—Micaela, yo sé que antes hice muchas cosas que no estuvieron bien contigo… Como esa vez en la piscina. No debí engañarte para que fueras, ni permitir que terminaras cayendo al agua. Era pleno invierno, y te dejé empapada…—

Micaela frunció el ceño y, con tono distante, la interrumpió:

—Esa vez no fue un accidente.

Adriana se quedó pasmada.

—¿No fue que se te resbaló el pie y caíste?

Nunca había pensado demasiado en los detalles de ese día; solo se acordaba de lo que Samanta le contó después: que a Micaela se le había resbalado el pie, empujó a Samanta y, al caer, Samanta la jaló con ella al agua.

Micaela metió las manos en sus bolsillos y la miró, su voz sonó cortante:

—Samanta me jaló adrede para que me cayera al agua.

Adriana se quedó helada, los ojos abiertos de la sorpresa.

—¿De… de veras?

Pero, ¿por qué Samanta le había dicho que Micaela se resbaló y la empujó, y que por eso ambas cayeron al agua?

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