Donia: Falsa Heredera, Múltiples Vidas romance Capítulo 99

Román la miró confundido, "¿Eh?"

"Tengo unas hierbas que son buenísimas para recuperar la energía y espíritu, te van a servir. ¿Cuándo piensas volver? Así las preparo para ti con anticipación," explicó Donia con naturalidad.

Después de todo, ella había recibido su 'pequeño' regalo de bienvenida y tenía que devolver el favor de alguna manera.

Aunque sus hierbas valían mucho más que ese 'pequeño' regalo.

Román volvió en sí, se dio cuenta de que su hermana tenía buenas intenciones y sonrió, justo cuando iba a hablar, escuchó su voz de nuevo, "O si prefieres, me das tu dirección y te las envío por correo."

Viendo la expresión seria en el rostro de su hermana, Román tragó las palabras de rechazo que tenía en la boca y dijo: "No hay necesidad, estaré en casa por un tiempo."

Ella le hizo un gesto de aprobación con los dedos, "OK, entonces te las doy esta noche." Después de decir eso, saltó del coche con un movimiento bastante cool.

Román, con una mano en el volante, la miró alejarse y sonriendo, negó con la cabeza.

Tenía que reconocer que su hermana era bastante adorable, oh no, debería decir bastante guapa.

Poniendo en marcha el coche, Román se dio la vuelta y salió de la escuela.

Al partir, su coche pasó justo al lado del vehículo de la familia Lemus.

Alexa, que estaba en el otro coche, levantó la vista casualmente y vio la cara de Román en el coche opuesto.

"Párate," pidió Alexa rápidamente al conductor.

El conductor pisó el freno de emergencia y se detuvo al lado de la carretera.

Alexa abrió la puerta del coche, pero cuando miró hacia atrás, el coche de Román ya se había ido, apenas visible en la distancia.

Mordiéndose el labio con frustración, sacó su móvil del bolso y le marcó.

Después de varios tonos, Román finalmente contestó, "¿Alexita? ¿Necesitas algo?"

Claro, él venía de la escuela, no había necesidad de adivinar, ¡seguro que esa Donia le había dicho algo!

Alexa apretó los puños, las uñas afiladas casi perforando la palma de su mano.

***

Donia acababa de regresar al aula y Julieta, que había estado apoyada en su escritorio sin energía, se iluminó de repente, "Donita, ¡ya volviste! ¿Cómo te fue en el examen?"

Ella apartó un mechón de pelo detrás de su oreja con indiferencia y respondió: "Bien, supongo."

Julieta chasqueó su lengua dos veces, por su actitud tan irritante.

Donia le echó un vistazo y preguntó: "Veo que estás baja de energía, ¿no dormiste bien anoche?"

Julieta negó con la cabeza y apoyó la barbilla en el escritorio, con una expresión de desdicha total, "¿Sabes qué cosa indignante anunció la profesora esta mañana?"