Anteriormente, cuando Regina corría tras Jacobo, todos sentían lástima por ella, ya que era increíblemente buena con él, pero él ni siquiera se tomaba el trabajo de apreciarlo, luego apareció Vanesa.
Aunque él siempre decía que su trato hacia Vanesa no igual al de Regina, al fin y al cabo, si un hombre es tan atento con una mujer, ¿cómo podría ser una relación común y corriente?
"Jacobo, no es por meterme, pero oye, Demian y Regina hacen buena pareja. Sabes que no te gusta Regina, así que deja de pensar tonterías, ya estás grande, también es hora de que te cases. Si Vanesa y tú llevan bien, ¿cuándo piensas traerla a conocer a la familia?" Noa disfrutaba el espectáculo, sin preocuparse por lo que sucedía, observando a Jacobo con entusiasmo.
Al final, aunque a Lola no le agradaba Regina, en comparación con Vanesa, Regina era admirable. No solo por cómo era ella en sí, sino porque al menos pertenecía a la familia Jiménez, aunque no era precisamente la hija favorita. No obstante, seguía siendo una dama de alta sociedad.
Vanesa era otra historia, literalmente era de un lugar remoto, sin ningún tipo de antecedentes familiares notables. Sus padres se divorciaron cuando era joven; su madre se había vuelto a casar tres veces y su padre era un ludópata. Aunque fue a la universidad, no parecía que hubiese aprendido mucho allí.
Además, su trabajo tampoco era gran cosa: era secretaria en una pequeña empresa. No tenía dinero, casa, o coche, y de vez en cuando, tenía que hacer de niñera, ayudando a su madre a cuidar al hijo que tuvo con su padrastro. Ese tipo de antecedentes era suficiente para dar dolores de cabeza a cualquiera. En especial en familias tan prominentes como la suya, donde siempre se buscaba a una pareja que estuviera a la altura. Sin embargo, Jacobo se había fijado en alguien así y claro, Lola estaba al tanto de esa situación, por lo que no le gustaba Vanesa.
Noa, por su parte, se divertía con todo eso; le encantaba ver a Lola y su familia en problemas. En su opinión, si Jacobo realmente se casaba con Vanesa, definitivamente sería el chiste más grande de Clarosol.
Jacobo se puso pálido de la ira; aunque le gustaba Vanesa, sabía muy bien que ella no le sería de ninguna ayuda en su carrera, por eso había elegido casarse con Regina, aunque ese matrimonio nunca se concretó.
Miró a Noa, preguntándose si Regina se molestaría si él decidiera casarse con Vanesa.
¿Sería posible que ya no le importara a ella en absoluto?
Jacobo miró hacia donde estaba Regina, entrecerrando los ojos.
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