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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 105

Iker asintió con entusiasmo y comentó:

—Si la película queda bien, seguro también aumentan las ventas de nuestro libro original. Solo por eso, ya quiero que la película sea un éxito rotundo.

Ariana, por su parte, estaba más interesada en la serie:

—¿Y la serie ya empezó a grabarse también?

Iker volvió a asentir:

—Sí, inició el mismo día que la película, pero la verdad, la serie no ha causado tanto revuelo como el filme. Encima, desde que salió la pareja "Luban", la gente ya ni pela la serie.

Aun así, Ariana no se preocupó. Al final del día, lo que cuenta es el talento y el trabajo bien hecho.

Confiaba plenamente en el equipo que había elegido, sabía que juntos entregarían un resultado espectacular.

La comida se extendió por casi una hora. Antes de pedir la cuenta, Ariana fue al baño.

Había reservado un privado en el segundo piso, así podía platicar con Iker sin preocuparse de ser escuchados o interrumpidos.

El baño quedaba al fondo del pasillo. Ariana no llevaba ni un minuto ahí cuando escuchó entrar a otras dos chicas.

Hablaban emocionadas, aunque intentaban no levantar la voz.

—¿Lo viste hace rato? ¿De verdad era él?

—Creo que sí. No inventes, ¡en persona está guapísimo! Hasta he soñado con sentarme a comer con él.

—¿Y de qué te sirve soñar? ¿No que la empresa de tu papá tiene negocios con Grupo Ferreira? Dile a tu papá que nos haga el paro, ¡y de paso me llevas contigo!

—Sí hay negocios, pero ¿cómo crees que podríamos invitar al presidente Ferreira así como así? Además, mi papá dice que el presidente Ferreira nunca lleva acompañante a los eventos, ni siquiera a las cenas de negocios. Mucho menos vendría a una comida como esta con alguien como nosotras.

La primera chica se quedó pensando un momento y luego susurró con un aire de misterio:

—¿Tú crees que el presidente Ferreira sea de esos que le hacen caso a su novia todo el tiempo? Capaz ni lleva acompañante a los eventos por miedo a que su novia se ponga celosa.

La otra chica casi gritó de la emoción:

—¡No puede ser, eso lo hace todavía más atractivo! ¡¿Por qué no soy yo esa mujer?!

La primera suspiró resignada:

—¿Cómo vamos a competir con Lucrecia? No solo ganó premios internacionales como actriz, también es la hija mayor de la familia Montiel. Está a la altura del presidente Ferreira, ni cómo igualarla... Ya ni modo.

...

Iker estaba de buenas, básicamente él se había acabado la botella de vino; Ariana solo había probado un poco y aún quedaba vino en su copa.

—No pasa nada, yo puedo pedir un carro para que te lleve a casa.

Mientras hablaba, sacó su celular para pedir el servicio.

Pero apenas abrió la aplicación, se detuvo, como si recordara algo, y preguntó:

—¿Sigues quedándote en el mismo hotel de la vez pasada? ¿O...?

Ariana se apresuró a decir:

—¿No que ibas a pedir un conductor designado? Yo lo hago.

Como Iker andaba algo mareado, sus reflejos eran mucho más lentos que los de Ariana.

Ella tomó su celular y de inmediato pidió el servicio de conductor. Al alzar la vista, le avisó a Iker:

—Listo, vámonos. El conductor llega en diez minutos.

De paso, fue a pagar la cuenta. Todo encajó perfecto con el tiempo.

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