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El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 300

[¿Cómo crees? En todos estos años, aparte de Ariana, esa gallina que se pegó a mi mamá pero ni pone huevos, ninguna mujer se ha acercado a mi hermano, ni siquiera un mosquito hembra. Lu, tú creciste junto a mi hermano, siempre venías a casa cuando éramos chicos, y él siempre fue muy bueno contigo, hasta te buscaba para platicar. ¡Así que para él eres especial!]

[Y ni hablar de que, cuando éramos niños, yo me caí al agua y tú me salvaste. Solo por eso, siempre voy a estar de tu lado.]

Lucrecia escuchó el nuevo mensaje de voz de Nerea y en sus labios se dibujó una sonrisa burlona.

“Qué ingenua, ni cuenta se da de que la están usando. Nació para ser ficha en el juego de alguien”, pensó Lucrecia, con los ojos llenos de ironía mientras comenzaba a escribir su respuesta.

[Siempre te he considerado mi hermana menor. Cuando vi que estabas en peligro, jamás podría quedarme de brazos cruzados. Así que no te quedes con esa espinita de lo que pasó cuando éramos niños.]

Nerea respondió ahora por mensaje escrito.

[Yo, Nerea, sé distinguir bien a quién agradecer y a quién no. Eso nunca lo olvido. Lu, no solo eres mi hermana, ¡también eres mi cuñada!]

Lucrecia disfrutó un poco que Nerea la llamara cuñada, aunque en el fondo la desesperaba que solo supiera hablar y no actuar.

[Gracias, Nere.]

[Cambiando de tema, la semana pasada un director me dio un guion. Creo que es perfecto para ti. ¿Te gustaría intentarlo? Es para el papel principal de una serie tipo fantasía y aventura. Si te interesa, puedo recomendarte con él.]

Con esa pregunta, Lucrecia desvió la conversación a otro tema.

Aunque Nerea tenía bastantes oportunidades en el medio, los mejores papeles, sobre todo los protagónicos, rara vez se los ofrecían. Por lo general, le tocaban papeles secundarios o de reparto, y eso no le hacía mucha gracia.

Sin embargo, si Lucrecia le recomendaba personalmente un guion, sí lo consideraría.

[¡Claro! Gracias, Lu.]

Lucrecia sonrió, aunque sus ojos seguían sin mostrar emoción alguna.

[Le aviso al director, y cuando tenga noticias, te contacto.]

Apenas terminó de platicar con Nerea, Lucrecia tomó otro celular y marcó de inmediato.

—James, quiero que tu gente esté lista. El jueves en la noche, tiene que salir perfecto.

—Ok, espero tus instrucciones.

Esteban miró a su madre y soltó:

—Necesito hablar con la abuela.

La abuela soltó una pequeña risa y contestó sin rodeos:

—¿Vienes a hablar sobre tu divorcio con Ariana?

Salomé y Héctor se miraron, los ojos abiertos como platos. ¿La abuela ya lo sabía? ¿En qué momento se enteró?

Esteban se sentó en una silla vacía junto a la mesa. Su mirada era tan dura como una ventisca.

—Así es.

Salomé estaba a punto de decir algo, pero Héctor le hizo una seña para que se calmara y esperara.

El abuelo, sentado en la cabecera, ya estaba al tanto de la situación. La abuela le había contado todo en cuanto llegó a casa esa tarde, incluso le pidió que pensaran juntos en qué muchacha sería buena opción para convertirse en la nueva nuera de la familia Ferreira.

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