El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 312

**Unidad Residencial Senda Nueva**

Ariana Santana acababa de salir de la ducha. Todavía no se había secado el pelo cuando escuchó vibrar el celular que había dejado sobre el tocador.

«A lo mejor es Jazmín, preguntando si ya llegué a casa».

Ariana dejó la toalla con la que se estaba secando el pelo y se acercó a tomar el celular.

Jazmín Torres, en efecto, le había mandado un WhatsApp hacía diez minutos, pero el nuevo mensaje que acababa de recibir no era de ella, sino de… Carlos Gil.

Primero le preguntaba si ya estaba dormida y luego si tenía tiempo, que quería hablar un poco con ella.

Sin embargo, Carlos no especificó si quería hablar por WhatsApp o por teléfono.

Si se basara en el conocimiento que tenía de Carlos en su vida anterior, le habría llamado directamente sin dudarlo.

Pero ahora, el Carlos de esta vida parecía ser algo diferente, y Ariana no se atrevía a decir que lo conocía bien. Al fin y al cabo, al que ella conocía era al Carlos de dos años en el futuro, no al de ahora.

Así que le respondió: [Dame diez minutos.]

Tenía que secarse el pelo primero, o podría resfriarse.

Sin embargo, apenas había enviado el mensaje, sin siquiera tener tiempo de dejar el celular, la respuesta de Carlos llegó. Decía: [De acuerdo.]

Al ver esa respuesta instantánea, Ariana se convenció aún más de que no conocía mucho al Carlos del presente.

Diez minutos después, con el pelo casi seco, Ariana apagó la secadora, tomó el celular y le escribió un mensaje: [Ya estoy lista.]

Carlos volvió a responder al instante, preguntando: [¿Te viene bien que te llame?]

Ariana se quedó un poco sorprendida.

«Así que, después de todo, sigue prefiriendo llamar».

Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios y, sin pensarlo, marcó el número de celular de Carlos.

Hasta que la llamada se conectó, Ariana no se dio cuenta de que algo andaba mal. Se sentó al borde de la cama y preguntó con toda naturalidad:

—¿De qué querías hablar conmigo?

Al otro lado de la línea, sin embargo, reinaba el silencio.

Ariana pensó que la señal era mala, así que volvió a preguntar:

—Oye, ¿me escuchas?

Finalmente, Carlos habló, pero su tono estaba cargado de confusión.

—Tú… ¿cómo tienes mi número de celular?

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