El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 342

Ariana lo fulminó con la mirada, advirtiéndole:

—Mi papá necesita descansar.

Pero Esteban insistió.

—En cuanto me responda, me voy.

Se trataba de la seguridad de Ariana. Aunque ella lo despreciara, no podía simplemente darse la vuelta e irse.

Ariana estaba tan furiosa que por poco no agarró algo para sacarlo a golpes.

Julián había estado inconsciente por más de doce horas. Aunque se sentía débil, su memoria estaba intacta.

Comprendió que Esteban no se iría hasta obtener una respuesta, así que comenzó a hablar.

—Solo recuerdo que estaba en el estacionamiento de mi edificio. Justo al dar una vuelta, un tipo se lanzó contra mi carro y cayó al suelo. Me bajé para ver qué pasaba, y me dijo que se había lastimado la pierna y que lo llevara al hospital. Lo ayudé a subir al carro… y de lo que pasó después, no me acuerdo muy bien.

—Pero tengo una cámara en el carro —añadió Julián, mirando a Esteban—. Si la revisamos, sabremos qué ocurrió.

La mirada de Ariana se ensombreció. También miró a Esteban y dijo con sarcasmo:

—Seguramente el señor Ferreira ya mandó a revisar el carro de mi papá anoche. ¿A que la cámara ya no está? —Su expresión parecía decir: «Ahora ya te puedes largar tranquilo, ¿no?».

Las palabras y la mirada llenas de desconfianza de Ariana lo hirieron profundamente.

Pero, delante de Julián, no quiso decir nada que pudiera alterarla más.

Ahora mismo, ella desconfiaba de él por completo, lo veía como un enemigo.

No entendía el porqué, pero tenía claro que, si quería seguir investigando, tendría que hacerlo por su cuenta.

—¿Que no está? —preguntó Julián, confundido. Acababa de despertar y todavía no estaba al tanto de todo.

Esteban asintió.

—No, no está. Seguramente se la llevó el hombre del cubrebocas.

Julián frunció el ceño.

—Sí, es verdad, llevaba un cubrebocas. Pero se notaba que era joven, no tendría más de veinte años.