El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 165

—Abuelita... —Estefanía ya no vio sentido en seguir ocultándole la verdad—, la verdad es que él y yo no somos compatibles. Tú sabes, en su momento, él solo se casó conmigo porque lo salvé, pero ni él me quiere a mí ni yo a él. Lo mejor es que cada quien siga su camino.

La abuela suspiró, abrazándola con ternura.

—El matrimonio no se puede forzar, lo entiendo, manita. Si de verdad no eres feliz, es mejor separarse. Pero... ya casi te vas al extranjero, ¿no le vas a decir nada todavía?

No es que Estefanía no quisiera contárselo, sino que sentía que si hablaba con Benicio, él seguro la iba a detener. Y conociéndolo, hasta capaz de armar un drama. Así que prefería callar, y cuando ya estuviera lejos, él entendería por sí solo.

—Abuelita, sí se lo voy a decir, solo... estoy esperando el momento adecuado. —Pensó en dejarle una carta el día que se fuera. Se acurrucó en el regazo de la abuela—. Esta noche me voy a quedar contigo.

—Claro que sí, mi niña —dijo la abuela, dándole unas palmaditas en la espalda.

—Abuelita, mi pasaporte lo van a mandar directamente a la casa, tú no te preocupes. Cuando regrese, te llevo para que tramitemos juntas tu visa. En agosto podremos ir a ver a la tía y estar con ella.

—Ya entendí, hija.

...

Cuando despertó, solo le quedaban cinco días para irse.

Decidió no volver más a casa en ese tiempo. Cada mañana iría a la clínica, ya que el doctor Torres era tan dedicado y quería que completara su rehabilitación. Ella aguantaría esos días más. Por la tarde, se quedaría en la casa de la abuela, dedicándole todo su tiempo.

Pero esa mañana, apenas se sentaron a desayunar, escucharon movimiento en el patio.

—¡Mamá! ¡Mamá! —Era la voz de Marcelo, el papá de Estefanía.

Estefanía frunció el ceño. ¿Ahora qué hacía él ahí?

Antes de poder procesarlo, Marcelo ya había entrado a la casa, seguido por Olivia, la madre de Estefanía, y Ariel, su hermano menor.

—¿Ya llegaron? —preguntó la abuela sin levantar la vista—. ¿Ya desayunaron?