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El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 190

—¿Por qué Cris no se atreve a mirarte a los ojos cuando te habla? Pues porque eres demasiado dura...

Estefanía ni siquiera esperó a que Benicio terminara. Justo en ese instante llegó el carro; abrió la puerta, subió y la cerró con fuerza.

¿Demasiado dura?

Qué ironía.

Esa mujer que casi la quema viva, en la mente de Benicio era una dulzura, una inocente.

Y ella, siendo la víctima, ahora resultaba ser la mala del cuento.

Sentada en el asiento trasero, presionó el pecho con la mano, tratando de calmar el torrente de emociones. Al menos podía consolarse: pronto estaría lejos de estas personas. Pensar que todavía le esperaba una vida entera por delante, llena de posibilidades, le devolvía la esperanza. Si no fuera así, temía acabar atrapada en el resentimiento, enjaulándose ella sola hasta el final.

Cuando llegó a casa, lo primero que hizo fue tomar una ducha. Luego, improvisó algo para cenar y, más tranquila, se conectó en videollamada con su abuelita.

No se animaba a ir seguido al hotel a verla, por temor a que sus padres descubrieran su paradero y volvieran a molestarla. Mejor mantener la distancia, aunque dolía.

Al verla en la pantalla, su abuelita parecía tranquila y contenta. Eso le quitó un peso enorme de encima.

Ese día no había revisado la plataforma de ventas de segunda mano, pero al abrirla notó una montaña de notificaciones. En la esquina superior derecha, decenas de alertas nuevas. Al checarlas, vio que había cerrado más de diez ventas.

Quedaba tiempo para pedir la recolección de los paquetes, así que aprovechó que Benicio no estaba. Empacó toda la ropa que quedaba, llamó a la paquetería y se aseguró de que se llevaran todo.

Después de esas dos sesiones de empaque, notó que su clóset se había vaciado bastante.

No sentía pesar. Al contrario, era como si alguien le hubiera quitado un costal de piedras de los hombros.

Era tal cual: después de andar tanto tiempo cargando un peso enorme, de pronto dejas la mitad del equipaje y hasta dan ganas de salir volando de alivio.

...

Cuando Benicio regresó a casa, Estefanía seguía navegando entre distintas aplicaciones, distraída. De repente, se topó con una noticia local que la dejó sin palabras: el titular hablaba del presidente de cierta empresa, Benicio, en su visita a un asilo donde entregó donaciones y convivió con los ancianos.

Capítulo 190 1

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