El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 279

—¿Qué tonterías estás diciendo? —Benicio arrugó la frente, mostrando que no le hacía ninguna gracia esa conversación.

—Te lo digo en serio —insistió Gregorio—. Cuando se trata de hacer negocios, a veces hay que creer un poco en esas cosas, Beni. Estefanía y tú no combinan bien, sus energías no encajan. Desde que te casaste con ella, dime, ¿algo te ha salido bien?

Benicio respondió distraído:

—Deja de decir disparates, ¿cuándo fue que la empresa salió a la bolsa? ¿No fue justo después de casarme?

—Eso no es lo mismo, hay que ver el año y el momento. Cuando todo va de maravilla, claro que puedes contrarrestar lo negativo que ella trae, pero la suerte es como el agua, siempre cambia. Si le das tiempo, ella termina jalando tu buena racha, y lo único que te queda es la mala. Te lo juro, fui con un especialista para que me lo confirmara. ¿Por qué crees que este año hemos tenido tantos tropiezos? Pues ahí está el motivo.

Al ver que Benicio seguía escéptico, Gregorio no se rindió:

—Piénsalo, ¿por qué los viejos decían que una buena esposa trae prosperidad? Cuando ella no se oponía a ti, todo marchaba en orden. Pero apenas empieza el conflicto, tu suerte se va para abajo. Eso de que la familia unida todo lo puede, es sabiduría de los abuelos.

—Ya estuvo, mejor encárgate de la empresa, yo tengo que salir —dijo Benicio, levantándose. Sin prestarle atención a lo que Gregorio seguía diciendo, salió rápido del despacho, marcando al chofer por el camino—. ¿Fuiste a Puente de Plata? ¿Está mi abuela en casa? ¿Y la familia de mi suegro? Tampoco están allá, ¿verdad?

Gregorio salió tras él, pero solo alcanzó a escuchar esa última parte.

Regresó a su oficina de inmediato y tomó el teléfono para marcarle a Cristina Luján.

—Cris, parece que Beni ya se enteró de que la abuela de Estefanía no aparece. Ten cuidado, no dejes que se te note nada raro.

—Ya lo sé, Estefanía volvió, pero no pasa nada. Usé un celular aparte para comunicarme con ellos, y ya está completamente desconectado, hasta la tarjeta la tiré.