Gregorio pensó que Fabiana se había ido con el niño para llevar a su madre enferma de regreso a su pueblo, así que no le dio importancia. Se cambió de ropa y se fue directo a la oficina.
Al llegar, vio a Benicio parado en la recepción.
—Beni, ¿qué haces aquí? —¿Será posible que el jefe ahora ande recibiendo a la gente?—. ¿Acaso hay algo tan importante en la junta de hoy?
—Sube primero —le contestó Benicio, y en ese momento vio a Estefanía bajando de un carro.
Sin dudarlo, fue a recibirla.
Gregorio se giró y, para su sorpresa, sí parecía que Benicio estaba de recepcionista...
Al ver a Benicio, Estefanía también se quedó sorprendida.
—¿Qué pasó para que el señor Benicio esté aquí esperándome en persona?
Benicio se vio un poco incómodo.
—Estefanía...
Ella le dedicó una sonrisa tranquila.
—¿O tienes miedo de que me pase algo en el camino, como la vez que casi me queman viva?
El color en la cara de Benicio cambió de inmediato, primero rojo y luego pálido.
Estefanía no volvió a mirarlo, y se dirigió sin más a la entrada de la empresa.
La recepcionista era nueva, Estefanía ni siquiera la conocía.
—Buen día...
Apenas intentó saludar, Benicio la alcanzó desde atrás.
—Viene a buscarme.
La recepcionista ya no preguntó nada más, y muy amable les abrió el elevador.
Estefanía no terminaba de entenderlo. En los últimos cinco años, Benicio había estado tan ocupado, como trompo girando sin parar, que ni tiempo tenía para bajar a recibirla, y a veces ni siquiera contestaba sus mensajes.
En aquellos días, ella hasta se cuestionaba si no lo estaba molestando con asuntos muy insignificantes, si era su culpa por distraerlo del trabajo.
Pero, desde que Cristina regresó, no importaba el mensaje ni la hora: si Cristina lo necesitaba, Benicio era capaz de dejarlo todo y salir corriendo tras ella.
Así que, en el fondo, nunca fue por estar tan ocupado.
Solo no le importaba.
¿Cuánto se tarda uno en contestar un mensaje? ¿Un segundo? ¿Dos?
Era igual que con su abuelita: si su abuelita le mandaba un mensaje, no importaba qué tan ocupada estuviera, Estefanía siempre respondía de inmediato o le llamaba, sin importar el tema.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Baile de Despedida del Cisne Cojo
Muy bonita novela desde principio cada capítulo es un suspenso...