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—Oye, Elena, hoy es el primer día de Raquel en la Universidad del Futuro. ¿Cómo le ha ido?
Elena curvó los labios en una sonrisa despectiva y respondió con burla: —Anita, ¿por qué sigues perdiendo el tiempo preocupándote por Raquel? Ni siquiera es tu rival. Te voy a contar algo que te hará reír: hoy, en su primer día, Raquel ya se hizo famosa...
Ana soltó una carcajada. —Elena, esta noche vamos al bar. Alberto me llevará a jugar unas partidas de cartas. Vente con nosotros y cuéntales este chisme a Alberto y a Carlos.
...
Raquel había dormido lo suficiente y sus clases del día ya habían terminado.
Al llegar a su dormitorio, vio que, por el momento, solo había otra persona viviendo allí: su compañera de cuarto, Camila.
Camila la miró con entusiasmo. —Tú eres Raquel, ¿verdad? ¡Soy Camila! A partir de ahora, seremos compañeras de cuarto.
Camila era una chica alegre y extrovertida. Sin embargo, en su mejilla derecha tenía una gran mancha de nacimiento. Su piel era blanca, lo que hacía que la marca oscura resaltara aún más.
Al notar que Raquel la observaba con atención, Camila no hizo el menor intento por ocultarla. —Esta mancha es de nacimiento. Los médicos dijeron que no se puede quitar. Por eso, mis compañeros me llaman "la chica payaso" a mis espaldas. Nadie ha querido mudarse aquí para compartir habitación conmigo.
Encogiéndose de hombros, añadió: —Si tú tampoco quieres, pues...
Raquel curvó los labios en una sonrisa. —Qué coincidencia. Yo soy una campesina recién llegada del pueblo. Una campesina y una chica payaso... suena como la combinación perfecta. Parece que el destino nos ha elegido como compañeras.
Raquel le extendió la mano con amabilidad.
Camila le regaló una sonrisa dulce y tomó su mano con firmeza.
En poco tiempo, las dos se hicieron cercanas. Raquel tomó un gran aprecio por Camila. A pesar de su defecto congénito, ella no tenía ni un ápice de complejo. Al contrario, era una persona luminosa, segura y sin tapujos.
De repente, Camila se aferró a su brazo y exclamó emocionada: —¡Raquelita, vamos! Te invito a un bar.
¿Un bar?
Raquel vaciló por un momento, pero Camila no le dio tiempo de pensarlo y la arrastró consigo.
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