Resumo de Capítulo 278 – Capítulo essencial de El CEO se Entera de Mis Mentiras por Internet
O capítulo Capítulo 278 é um dos momentos mais intensos da obra El CEO se Entera de Mis Mentiras, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Triángulo amoroso, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.
Jajajaja.
Violeta soltó una risa cruel.
Camila esbozó una sonrisa traviesa, y con una expresión alegre. Había dicho que se encargaría de ellas, y lo estaba haciendo.
¿Se atreven a intimidar a su buena amiga Raquel? ¿Acaso creen pues que Raquel no tiene a nadie que la apoye?
La venganza por la grave enfermedad que sufrió Raquel días atrás finalmente se consumó en ese momento. ¡Camila hizo que Raquel pagara por todo a su manera!
...
Ana y Elena, que estaban afuera, se levantaron con dificultad. Jamás imaginaron que, antes de llegar, acabarían siendo expulsadas de la familia Guerrero.
¡A esa Camila no se la aguantaba nadie!
¡Nadie que estuviera cerca de Raquel era una buena persona!
—Anita, esta Sofía está completamente del lado de Raquel, ¿qué vamos a hacer?
Ana dejo salir un poco de maldad contenida. No pensaba dejar que esto quedara así.
—Primero, salgamos de aquí.
Ana y Elena se marcharon, pero el clima no ayudaba: comenzó a llover.
Ana sintió que su suerte era pésima, ya estaba a punto de empaparse.
En ese momento, un automovil de lujo se detuvo. El chofer bajó la ventana y le habló: —¿Eres Elena? Nuestro patron te invita a subir al auto.
¿Patron?
¿Quién?
Elena abrió la puerta trasera y, junto con Ana, se subieron al vehículo. En los asientos traseros vieron a Alarico.
Alarico era el heredero de la familia Ramírez y también compañero en la Universidad del Futuro. Era un joven brillante y apuesto, además de ser el capitán del equipo de baloncesto de la universidad, con muchas seguidoras que lo adoraban.
Alarico apretó los labios y, con voz fría, respondió: —Lo sé muy bien como para olvidarlo.
Y colgó la llamada.
Ana observó todo con atención y, de repente, se le ocurrió una excelente idea.
Poco después, el coche de lujo se detuvo frente a la Universidad del Futuro. Ana y Elena bajaron del vehículo. —Alarico, gracias.
Alarico sonrió.—No hay de qué.
El coche se alejó.
Ana tomó a Elena del brazo.—Elena, ¿no te has dado cuenta? Este Alarico está interesado en ti.
Elena respondió:—Pero él es el prometido de Camila.
—¿Camila no te desprecia? Entonces, ¿por qué no le quitas a su prometido? ¡Sería aún más satisfactorio, ¿no?
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