El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 434

Antes de partir, Ana miró una vez más a María, ambas se comunicaron con la mirada.

Alberto y Luis estaban juntos, Luis miró el reloj. —Jefe Alberto, "El Invencible" aparecerá en breve.

Alberto miró a Luis. —Señor Luis, ¿cómo conociste a "El Invencible"?

Luis no respondió esa pregunta, simplemente dijo. —Jefe Alberto, tú también conoces a "El Invencible".

Una arruga cruzó la frente de Alberto, guapo. Raquel también le había dicho eso, que él conocía a "El Invencible", y ahora Luis decía lo mismo.

¿Qué quieren decir Luis y Raquel?

¿Podría ser que "El Invencible" realmente sea alguien que él conoce?

¿Que "El Invencible" siempre ha estado a su lado?

En ese momento, el anfitrión dijo. —Damas y caballeros, bienvenidos a esta cena, el momento que todos hemos estado esperando finalmente ha llegado, permítanme presentar a "El Invencible".

Shh.

Todas las miradas se dirigieron hacia arriba, todos contenían la respiración esperando la llegada de "El Invencible".

Alberto levantó la vista.

Doña Sara, Rosa y María se acercaron al frente, doña Sara emocionada dijo. —¡Ahí viene, "El Invencible" finalmente está aquí!

Todos esperaban.

Pero después de un momento, no hubo movimiento arriba.

La gente comenzó a susurrar entre sí. —¿Qué pasa, por qué no llega "El Invencible"?

—¿Vendrá "El Invencible" esta noche?

El anfitrión también se sintió extraño, "El Invencible" debía aparecer en ese momento, pero, ¿dónde estaba "El Invencible"?

El anfitrión inmediatamente dijo. —Por favor, mantengan la calma, subiré a ver, "El Invencible" llegará en breve.

El anfitrión subió las escaleras.

María preguntó de inmediato. —Jefe Alberto, ¿qué le pasó a Anita?

Alberto apretó los labios. —Ana está en problemas.

—¿Cómo es posible? Anita acaba de ir al baño, vamos a ver rápido.

María corrió hacia el baño de mujeres, donde todo estaba en desorden, con señales de una lucha.

Además, el teléfono de Ana había caído al suelo, roto en dos mitades.

María recogió el teléfono destrozado y se lo entregó a Alberto, preocupada. —Jefe Alberto, mira, es el teléfono de Anita, ¿podría ser que alguien la haya secuestrado?

Doña Sara y Rosa también llegaron corriendo, doña Sara dijo. —¿Quién secuestró a Anita? Anita tiene un corazón débil, no puede soportar este tipo de estrés.

Rosa, angustiada, dijo. —Jefe Alberto, por favor, piensa rápido en una forma de salvar a Ana.

Alberto miraba el teléfono de Ana, su rostro apuesto se había vuelto sombrío como un lago helado.

En ese momento, el sonido melodioso de un timbre de teléfono sonó nuevamente, Alberto recibió otra llamada.