El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 452

Doña Sara y María entendieron que esta noche Raquel venía a declararles abiertamente la guerra. Solo que hacer que Ana y Rosa se arrodillaran era solo una pequeña muestra de su poder ante la familia Pérez; lo que estaba por venir era solo el principio.

...

El banquete terminó y Alberto enseguida salió. En ese momento, doña Sara, María y Ana corrieron hacia él. —Jefe Alberto, ¿vas a quedarte mirando como si nada cómo Raquel se enfrenta a la gente de la familia Pérez?

Ana, con lágrimas en los ojos, miró suplicante a Alberto, deseando que él en esos momentos la consolara.

Pero Alberto no mostró emoción alguna y respondió con una pregunta: —¿Cómo fue que murió exactamente el padre de Raquel? ¿Quién fue el desgraciado asesino?

Doña Sara y María se quedaron absortas.

Alberto no dijo más. Francisco trajo el Rolls Royce y Alberto se marchó.

...

Casa Pérez.

Esta noche, la casa de los Pérez estaba sumida en el más profundo silencio. Doña Sara se sentó en el sofá y destrozó todo lo que había sobre la mesa.

Los jarrones de edición limitada se hicieron mil añicos en el suelo, esos que doña Sara tanto adoraba que todos debían manejarlos con extremo cuidado.

El suelo estaba cubierto de pequeños escombros, las sirvientas asustadas se pararon en un rincón, sin atreverse a respirar.

Todos los miembros de la familia Pérez apresurados llegaron: Alejandro, María, Ana, Ricardo, Patricia, Rosa; todos se reunieron.

Doña Sara, después de romper todo a su alrededor, todavía estaba muy enojada y maldijo: —Todos son unos completos inútiles, ninguno se compara con Raquel.

—Raquel creció en el campo, pero también es una joven genio de Harvard y es 'La Invencible'. Si ella fuese mi nieta, ya estaría en la cima del círculo aristocrático de Solarena.

—Ahora Raquel nos ha declarado la guerra de forma abierta y estamos completamente indefensos. ¡Todo es culpa de ustedes por ser una partida de inútiles!

¿Qué hicieron qué? ¿No puede ser?

Ana y Rosa quedaron horrorizadas.

Doña Sara recordó: —Ese día llovía un aguacero, Diego murió en su habitación, luchó con mucha fuerza, no podíamos sujetarlo bien y, cuando el veneno hizo efecto, gritaba desesperado el nombre de Raquel sin cerrar los ojos ni una vez.

Después de tantos años, María, Alejandro y Ricardo tampoco habían olvidado ese fatídico día.

Raquel les había preguntado si alguna vez tenían pesadillas, si soñaban con Diego regresando como un espíritu vengativo, y claro que sí tenían constantes pesadillas.

Ricardo dijo: —Diego siempre adoró a Raquel en vida, pensamos que al dejarla en el campo, luego podríamos disfrutar con tranquilidad de una vida próspera, pero Raquel regresó para vengar a Diego.

Alejandro dijo: —Si Raquel en verdad busca venganza, entonces los miembros de la familia Pérez terminarán inevitablemente en prisión. Este es un profundo odio que no se puede resolver.