El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 453

Ana y Rosa quedaron estupefactas. Ellas no conocían ese oscuro secreto del pasado y ahora, al descubrir que Diego había sido víctima de una conspiración, palidecieron.

No sentían pena por Diego; no tenían ningún afecto hacia él, simplemente percibían un peligro inminente en sus vidas.

Rosa exclamó: —Ustedes mataron a Diego, ¿y ahora qué hacemos? Raquel va a buscar como sea venganza, quiere que entreguemos al asesino. ¡Esto nos va a destruir a todos!

Ana preocupada se desplomó en el sofá y dijo: —¿Por qué está sucediendo todo esto? Raquel ahora nos tiene en la mira, y ustedes son los asesinos. ¿Acaso Raquel nos hará ir a prisión a todos?

Rosa agregó: —Ahora Raquel es La Invencible, la gran médica nacional. Ya no es aquella simple ama de casa inútil que venía del campo; ella es muy capaz.

Angustiada, Ana inquirió: —Entonces, ¿qué hacemos? ¿Qué podemos hacer ante esto? ¿Cómo voy a tratar mi enfermedad del corazón? Si Raquel no me trata, ¿me voy a morir?

Ana y Rosa siempre antepusieron sus intereses, nunca se preocuparon por los demás.

El impacto de Raquel, ahora la tal Invencible, había sido impresionante, tanto que Rosa se había visto forzada a arrodillarse públicamente y ahora también lucía demacrada.

Ana estaba aún más afectada por lo sucedido; su corazón se resentía cada vez más, y todas sus esperanzas las había depositado en Raquel.

La familia Pérez guardaba un profundo silencio, nadie esperaba que Raquel demostrara tener tanta capacidad.

¿Por qué Raquel sería La Invencible?

Doña Sara miró a Ana y dijo: —Anita, tienes que hablar con el jefe Alberto, pídele que te ayude.

Al mencionar a Alberto, Ana apretó los dientes con fuerza, casi como queriendo triturar sus encías, y dijo: —Abuela, ya has visto la actitud déspota de Alberto hacia mí; él no me ayudará.

Doña Sara, decepcionada, comentó: —Las dos chicas más capaces de la familia Pérez resultaron siendo las más inútiles. No tienen ningún valor comparado con Raquel. Si hubiera sabido esto, habría criado a Raquel a mi lado desde el principio.

De inmediato, Ana se aferró a Alejandro: —Papá, ¿qué puedes hacer? Por favor, ayúdame. ¿Acaso no soy tu hija biológica? Pronto no tendré nada; debes ayudarme. La verdad no quiero morir, no quiero perder a Alberto.

Alejandro se mostró preocupado, él, por supuesto, se compadecía de Ana, la persona a la que más adoraba era a ella.

Alejandro le dio unas palmaditas en la espalda a Ana, —Anita, soy la persona que más te adora en este mundo, te ayudaré, pero necesito pensar un poco más.

Ana aceptó: —Ok, papá. Tienes que ayudarme.

—Entendido, Anita. Ve a descansar a tu habitación; no te preocupes resolveré cualquier cosa que ocurra.

—Está bien. —Ana se retiró a su habitación.

Alejandro y María también se retiraron a su habitación. María se bañó primero, se acostó en la cama y, después de bañarse, Alejandro se acostó y María le dijo con firmeza: —Alejandro, debes ayudar a Anita.