El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 548

Camila se encontraba al lado de Alberto, suspirando, dijo: —Alberto, ¿lo ves? Ya has herido profundamente el corazón de Raquelita, y ahora ella está con otro.

Raquel se alejó con Luis, y aunque se fueron lejos, Raquel todavía podía sentir que Alberto la sigue observando desde atrás.

Luis sonrió con una mueca: —Raquelita, ¿qué te pasa hoy, lo has hecho a propósito para que él lo viera?

Raquel, apoyando su cabeza en el pecho de Luis, lentamente la levantó y miró hacia Luis: —Luis, es verdad que no puedo ocultarte nada.

—¿Qué está pasando entre el jefe Alberto y tú?

—Ana es la heredera de la familia Barroso, y tienen un acuerdo matrimonial, Alberto se va a casar con Ana, mañana la señora Nysa llegará a Solarena, supongo que viene a propiciar la unión entre Alberto y Ana.

—Entonces, ¿estás siendo cariñosa conmigo a propósito para que Alberto se dé por vencido?

—Luis, lo mío con Alberto ya terminó, él no tiene por qué complicarse, y yo tampoco quiero involucrarme más.

Luis asintió con la cabeza: —Raquelita, espero que realmente pienses así.

—Por supuesto que es lo que pienso.

Dicho esto, Raquel pone su mano sobre su vientre y lo acaricia suavemente.

Luis miró el vientre de Raquel: —Entonces, ¿tampoco piensas decirle a jefe Alberto sobre el niño? El jefe Alberto siempre pensó que este niño era mío, probablemente pensó que nosotros tres estábamos juntos cuando nos vio hoy.

Raquel bajó la mirada: —No hace falta decirle, no necesita saberlo.

Luis sonrió levemente: —Raquelita, antes querías decirle al jefe Alberto sobre el origen del niño, después de todo, el jefe Alberto tiene derecho a saber quién es el padre del niño, y el niño tiene derecho a conocer a su propio padre, pero ahora veo que has decidido firmemente no decirle, ¿tienes miedo de que el jefe Alberto se sienta incómodo por el niño, verdad? Aunque, en el fondo, todavía amas a jefe Alberto.

Raquel levantó la cabeza, negando: —No es así...

Raquel tocó su vientre y lentamente curvó sus labios en una sonrisa: —No importa, después, iré a Valle del Río a buscarlos.

...

Al día siguiente.

Nysa llegó a Solarena como estaba previsto, viajando en un jet privado, Carmen empujó la silla de ruedas, y Nysa entró al vestíbulo del aeropuerto.

Alberto estaba allí para recibirla hoy, se acercó y dijo: —Mamá.

Nysa estaba sentada en la silla de ruedas, vestida apropiadamente, irradiando la elegancia de la nobleza, con el cabello recogido en un peinado elegante y unos pendientes de perla que dejan entrever su belleza juvenil.

Sin embargo, un matrimonio desdichado y una vida de desafíos han dejado una sombra profunda en sus facciones, los ojos de Nysa estaban nublados de melancolía, dándole un aire de severidad.