El CEO se Entera de Mis Mentiras romance Capítulo 688

Ella podía sentir que el nivel de afecto de Nysa hacia Raquel se había disparado.

Ana estaba furiosa. Con el rostro sombrío y los dientes fruncidos, dijo: —¿Ustedes no han comido? ¿Ni siquiera pueden atrapar a una bastarda?

Los secuestradores vestidos de negro fueron enseguida a capturar a Bethra.

Bethra gritó asustada: —¡Ustedes no me agarren! ¡Abuela ven, sálvame!

Nysa resistió con fuerza, protegiendo a Bethra detrás de ella. Miró a Ana y dijo con determinación: —¿Quién eres realmente? Me conoces, ¿no es así?

Ana quedó petrificada.

Nysa la examinó con cierta sospecha: —Tú sabes que siempre he estado en silla de ruedas. Si no, no habrías preguntado directo por mis piernas. ¡Eres alguien que conozco, no es así? ¡Si tu cuerpo... pareces una mujer!

Nysa había sido la señora de la familia Díaz durante muchos años; era una mujer muy sabia. Su mirada penetrante no dejaba de escrutar a Ana.

Ana se sintió un poco insegura por unos minutos. Si Nysa la reconocía, sería un gran problema. Así que decidió eliminarla.

—Si esta anciana protege tanto a esa bastarda, entonces eliminémoslas a las dos.

Los dos secuestradores vestidos de negro aceptaron entusiasmados. —Sí señora.

Ana miró con frialdad por última vez a Nysa y a Bethra. —En cuanto a quién soy, pregúntenselo a Dios.

Ana gruñó con desprecio y se dio la vuelta para marcharse.

En ese instante, Nysa gritó de repente: —¡Ah…!

Ana se detuvo en seco y luego giró sobre sus talones.

Entonces, Nysa empujó de golpe al secuestrador que tenía al lado, se lanzó como fiera hacia adelante y le arrancó la máscara a Ana.

Ana entró en pánico. —Doña Nysa, escúcheme, déjeme explicarle. Yo no quería secuestrarla a usted, solo quería secuestrar a la hija de Raquel, Bethra. ¡Pero por qué tuvo que intervenir! ¿No se da cuenta de que ha arruinado todo mi plan?

—¿Cuál era tu plan? ¿Vas a hacerle daño a la hija de Raquel? ¿Anita, te has vuelto loca o qué? ¡Bethra es una pequeña! ¡Lo que estás haciendo es ilegal!

Ana gritó enfurecida: —¡Fue Raquel quien se interpuso en mi camino! ¡En este mundo solo puede quedar una de nosotras!

Nysa dijo incrédula: —Anita, Raquel ha estado fuera de Valle del Río estos tres años. Ella no ha competido contigo en nada. ¡Tú ya eres la hija del hombre más rico del mundo! ¡Yo también estuve siempre de tu lado! Hice que Alberto se case contigo. ¿Qué más quieres? ¿Cómo pudiste hacer algo así?

Ana miró furiosa a Nysa. —Doña Nysa, tu corazón ya se ha inclinado hacia Raquel, ¿no es así?

Nysa se detuvo en seco. —Yo...

—¡Mírese! Ahora incluso la está defendiendo. ¡Ustedes son todos iguales!

—Anita, no es que todos defendamos a Raquel. Es que Raquel no haría jamás algo tan loco e irracional como tú...