El día que mi viudez se canceló romance Capítulo 164

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Rubén miró a Otilia de arriba abajo con una expresión de fastidio, como si no pudiera creer el escándalo que estaba armando.

Sus labios se movieron apenas, pero su voz fue clara y cortante.

—No busques más. Ahorita ellos están en el África, viendo la migración de los animales salvajes.

Otilia paró en seco, sorprendida.

—¿El señor y la señora Olmo se fueron de viaje?

¿Entonces ahora con quién iba a quejarse? No podía ser.

Sin perder tiempo, Otilia sacó su celular, encendiendo la pantalla con una determinación exagerada.

—Con razón Marisa anda haciendo lo que le da la gana, seguro porque los señores Olmo no están aquí en la familia Olmo. ¡Esto lo tengo que avisar, es mi deber!

Su cara destilaba una indignación tan fingida que rozaba lo ridículo.

Marisa, al verla, no pudo evitar recordar a esos compañeros de primaria que corrían a decirle todo a la maestra. El parecido con Otilia en ese instante era casi idéntico.

Pero si en la primaria todavía resultaba un poco gracioso, lo de Otilia ya era puro fastidio, sin pizca de ternura.

A pesar de todo, Marisa no pudo evitar sentir cierta inquietud. Ella estaba convencida de que su reacción había sido la correcta; después de todo, Raquel se había pasado de la raya y cualquiera habría hecho lo mismo. Lo que la preocupaba era molestar a la pareja Olmo.

Se puso en su lugar: si ella estuviera de viaje por el mundo y de repente recibiera una llamada desde el otro lado del planeta para decirle que su nuera estaba armando un caos en la casa y hasta había llegado a los golpes, seguro que no le haría gracia.

Y con lo poco que conocía a Otilia, tenía claro que iba a exagerar todo en su versión.

Nerviosa, Marisa miró de reojo a Rubén, buscando algún tipo de consuelo.

Rubén, sin decir nada, cubrió su mano con la suya y le dirigió una mirada firme, como si quisiera transmitirle confianza, asegurándole que no tenía por qué angustiarse.