Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 123

Al ver a Gabriel, Sofía se tensó.

Él era muy buen amigo de Diego. Él amaba a Valentina y Mateo era su hermano. ¡Gabriel se pondría del lado de Mateo!

Joaquín también cambió de expresión y le contó a Sebastián sobre la identidad del recién llegado, para que se preparara mentalmente. Sebastián se rio con desprecio, sin darle importancia. Él se hacía responsable de sus actos, no tenía miedo de nada.

Pero Diego... ¿qué diablos había pasado entre él y Sofía? No podía entenderlo. Sebastián miró a Sofía con ojos feroces, cerrando los puños. Se la pasaba pensando si las consecuencias serían muy graves, si le daba un puñetazo a Diego.

¡Seguramente serían muy graves! Al pensar esto, Sebastián los apretó aún más fuerte. Solo podía apresurarse a volverse más poderoso. Así tendría el valor de darle una cachetada a Sofía para que despertara.

Mateo al ver a Gabriel, se sintió aliviado. Inmediatamente, se quejó. Dijo que estaba bebiendo tranquilo cuando Sebastián lo provocó y él tuvo que defenderse, luego mencionó a su hermana Valentina, con el propósito de que Gabriel lo respaldara.

—Sofía, el señor Torres ya llegó, tienes miedo, ¿verdad? Aunque me hayas insultado no perdí nada, ¿cómo te voy a lastimar?

Gabriel entrecerró sus ojos y su mirada gentil adquirió un toque peligroso. Sonrió ligeramente.

—¿Mateo?

Él contestó:

—Sí, soy el hermano de Valentina.

—Ah, eres tú.

—Sí, soy yo, la vez pasada en la pista de carreras...

Gabriel lo interrumpió:

—Parece que Valentina tiene muy mala suerte de tenerte como hermano. No puedes ganar peleando, no puedes ganar discutiendo. Según escuché de la señorita Mendoza...

Aprovechó para mirar a Sofía, indicándole algo con los ojos. Sofía se quedó atónita. ¿Qué quería decir Gabriel? Luego miró a Mateo.

—Solo sabes mendigar... eres una vergüenza. Sales a hacer escándalo sin temor a que Valentina se muera del disgusto e incluso te atreves a llamar a la policía, ¿quieres que quede en ridículo contigo?

¡Mateo se paralizó! Luego, Gabriel miró al gerente.

—¿Eres idiota? Cuando alguien causa problemas, ¿no sabes echarlo?

Gabriel insistió.

—Acompáñenme.

Sofía no respondió, pero le mostró el video de vigilancia a Gabriel.

—No fue mi hermano quien empezó la pelea. Como dueño, echar a Mateo era lo correcto.

Gabriel era muy astuto. Después de ver el video, entendió el propósito de la visita de Sebastián. Solo que Mateo había sido demasiado estúpido; se lo merecía.

—Mateo no volverá a aparecer aquí —Gabriel aprovechó para decir—. Así que tengo que disculparme contigo.

De paso, trataba de ganar puntos con Sebastián. Había percibido la hostilidad de Sebastián.

—No es necesario, mi hermano y yo tenemos asuntos que atender.

Sofía lo rechazó sin piedad. No tenía ganas de socializar con amigos de Diego, y más en ese momento.