Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 124

Gabriel suspiró con resignación. ¿Lo ignoraba después de todo?

Sofía agarró la mano de Sebastián y caminó hacia la salida. Gabriel metió una mano en el bolsillo, su mirada se fijó en la muñeca que Sofía tenía sujeta. El gerente regresó después de resolver sus asuntos y al verlo se sobresaltó. Los ojos de Gabriel se veían aterradores. ¿Qué estaba pasando?

***

Afuera del bar.

Manuela los esperaba y cuando vio a Sofía, su rostro mostró gran disgusto.

—Sofía, ¿qué te ocurre hoy? Has hablado de forma muy ofensiva.

Manuela adoptó una expresión de perplejidad que recordaba mucho a su madre Paloma. El corazón de Sebastián se estremeció. Pero él jamás buscaría el reflejo de su madre en su tía, solo Sofía sería capaz de hacer algo así.

Cuando ella rechazó a Gabriel, la mirada de Sebastián se había calmado. Pero, se volvía a endurecer. Ella podía humillarse si quería, pero él no deseaba ser testigo de ello... Mientras reflexionaba, Sofía ya se había acercado a Manuela.

Sebastián cerró los puños.

—Tía, ¿qué hice de malo? —dijo Sofía confundida.

—Tú misma fuiste testigo de cómo Sebastián golpeaba a Mateo. Por más que Mateo haya dicho cosas horribles, él también tiene parte de la culpa. ¡Fuiste parcial con él!

Manuela estaba furiosa. Sofía, en cambio, había perdido toda esperanza en su tía. Especialmente, después de que Diego atacara a Sebastián, utilizando a Mateo como su instrumento. Una vez más había traspasado todos los límites morales.

Por eso Sofía modificó su estrategia. Los miserables eran demasiado ruines y, sin importar lo que ella hiciera, terminaría salpicada por sus actos. Ella no estaba dispuesta a tolerar más.

Sebastián interpretó la forma en que ella contemplaba a Manuela como otra "recaída". Su furia se intensificó. Se dispuso a llevarse a Sofía y, si no cooperaba, la arrastraría.

Pero Sofía se adelantó un paso y él no alcanzó a tocarla... En ese momento, ella abrazó a su tía. Sebastián se quedó petrificado. Esto lo estaba matando de la rabia.

Un segundo después, ella ya se había separado, con un gesto artificial. Entonces, Sebastián suspiró con frustración.

—A partir de ahora pertenecemos a familias distintas, cada una debe ocuparse de sus propios asuntos. No tengo autoridad para juzgar si tus decisiones son correctas o no, pero tampoco tú tienes derecho a cuestionar cómo yo protejo a Sebastián.

Tras decir eso, Sofía retrocedió un paso.

—Tía, que tengas buena vida.

Sofía sonrió como antes, pero esta vez no fue plena. Se dio media vuelta, tomó la mano de Sebastián y se marcharon juntos.

***

El altercado entre Mateo y Sebastián en el bar de Gabriel se propagó por los círculos sociales. Camilo, siendo primo de Gabriel, se enteró de inmediato. Después de investigar los pormenores, su expresión se tornó sombría.

Alejandro no había asistido a la oficina ese día. Camilo lo localizó en una casa de té privada y le contó todos los acontecimientos.

—Diego ha enloquecido por completo, ¿no piensas intervenir?